Capitulo 13 - ¿Podría haber algo más confuso?

153 12 5
                                    


Era más que obvio que Christian sabía que Travis se encontraba por la zona; aún no me cabía duda de que ellos eran brujos o algo parecido, sino entonces ¿Cómo explicaban aquellas adivinanzas de pensamientos y esas "Alucinaciones"? No creo que salieran así de la nada. Y realmente no me había sorprendido de que se haya dado cuenta de eso, lo que si altero fueron mis nervios; detestaba la idea de llevar a cabo el supuesto "Plan" que Travis y yo habíamos planeado apenas esta mañana. Había pensado que sería llevado a cabo después de varios días.

Me sentía miedosa por ver aquella reacción que Christian había tomado al saber que Travis nos seguía, pues, Travis me había comentado que Christian se colocaba furioso cuando lo vigilaban o andaban husmeando de su vida, por eso es que Travis me decía que me alejará de él, no solo por la simple idea de que no era alguien de quien confiar sino porque jamás sabrías ¿Con que te saldría?

Travis y yo habíamos hablado de muchos temas hoy, y en uno de ellos se encontraba sobre ¿Cómo era Christian? y aunque supiera que ese no era el tipo de información que buscaba, sabía que algún día la necesitaría.

La velocidad del auto se elevó de un momento a otro e hizo que me colocará tensa. Mire a Christian tratando de transmitirle desesperación por la alta velocidad en la que iba, pero pareció ignorarme. Dirigí mi vista hacía el retrovisor viendo como Travis iba también de la misma velocidad, pude sentir la bilis pasar por mi garganta, trague pesadamente cerrando los ojos y respirando, tratando de calmarme. Esto parecía algo tipo rápidos y furiosos, lo cual detestaba porque esa era una película y este era la vida real, eso tenía ficción y esto no. Abrí los ojos aun tratando de calmar mi respiración agitada.

-Christian, creo que debes de bajar un poco la velocidad. - Le advertí sin mirarle a los ojos, puesto de que mi vista estaba clavada directamente hacía al frente viendo como los arboles pasaban uno tras otros, mi vista se empezó a marearse de verlos y la volví a cerrar, estuvo unos minutos así y después los abrí aun sintiéndome mareada.

Una curva se aproximaba y no podía sentir que Christian moviera el volante, me voltee para decirle, pero noté que yo era la única que me encontraba en el auto. Grite ahogadamente y me moví rápidamente hacía el volante tratando de cruzarla, pero ya era muy tarde. Había estrellado con uno de los árboles del sitio, la bolsa de aire había golpeado mi rostro de forma brusca.

-¡Elizabeth! - Logré oír el grito de Travis afuera del auto. Pero mis ojos se iban cerrando lentamente.


***

Desperté con un dolor en cada parte de mi cuerpo. El sonido de las maquinas del hospital resonaban en toda la habitación, ya sabría cuando sería el otro Pi de aquellas maquinas. Mire de reojo a mi alrededor y noté que a mi lado se encontraba Yorleska y Francisco en uno de los muebles de esa habitación, se veía cómodo y era espacioso para que por lo menos se llegasen a sentar un poco más de tres personas. Me moví incomoda en la cama y no era por el grandioso frío que hacía en la habitación sino por el dolor de espalda que se aproximaba; detestaba estar acostada por mucho tiempo. Siempre era activa y me movía, era una chica demasiado imperativa. Me moví de nuevo, pero esta vez tratando de llamar su atención.

-Chicos ya he despertado. - Bufé al notar que ellos estaban perdidos. Francisco y Yorleska me miraron completamente alegres.

-No hacía falta decirlo - Yorleska corrió hacía mí y me abrazo fuertemente. - No sabía que hacer si te hubiese sucedido... - No logro hablar, ella ya había estallado a llorar en mi hombro. -... No sabría ¿Qué hacer? Si te hubiese ocurrido algo.


-Ey! Ya estoy bien, no me hagas llorar, por favor. - Le dije mientras acariciaba su cabello. Yorleska y yo eramos prácticamente hermanas, nuestras madres también habían sido amigas desde la infancia, así que ya se podrán imaginar toda la historias de las Forks y las Granther, madres e hijas las mejores amigas. Habíamos sido inseparable, y siendo sincera Yorleska para mí era como un tesoro, una amistad como la de ella no se encontraba a la vuelta de la esquina, y aun me preguntaba ¿Por qué la vida me había dado una amiga tan así y siendo yo como soy?

El Talismán © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora