Capitulo 1.- "El dios griego más sexy"

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Sentí que ya tenía un gran chichón en mi cabeza. Mi cuerpo estaba tendido en el suelo como si fuese parte de la alfombra debido a que me había caído del mueble estúpidamente. Me levanté rápidamente sin importar el dolor de cabeza que me había provocado la caída y me dirigí a la cocina para prepararme el desayuno.

Mientras echaba la leche en el tazón voltee a ver el reloj quien marcaba las 9:30, luego de haber echado la leche, deje el envase en el mesón y metí una cucharada de cereal en mi boca, había quedado aturdida por la hora, 9:30... ¡Mierda, 9:30! iba 30 minutos tarde. Deje el tazón de cereal en el mesón y corrí al cuarto buscando el primer conjunto que vi, me dirigí rápidamente al baño para darme una pequeña ducha.
Me duche lo más rápido posible, me vestí y me dirigí a la cocina y de un bocado me termine el cereal. Me fui a la sala casi corriendo, agarre las llaves del auto, la mochila y los planos.

Primera vez en mi vida que iba tarde a una clase. Eso me pasa por no hacer los planos y recargar el teléfono temprano. Conducía lo más cuidadosa y más rápidamente que podía.

Al llegar al instituto casi tropiezo haciendo que los planos se cayeran al suelo y se ensuciaran. Genial, hoy no era mi día.
Llegue al salón y agradecí de que el profesor de diseño gráfico no llegará. Me senté en los penúltimos puesto como siempre lo hacía. Observe todo el salón buscando a Yorleska, pero no vi rastros.

La puerta se abrió de repente dejando ver al profesor, Yorleska y... un momento ¿El chico que me había empujado ayer? Estaba casi segura de que ese era el chico que había visto ayer en la noche mientras iba camino a la gasolinera
Mi mirada quedo fija en él, tratando de convercerme de que no era él, pero al ver sus tatuajes y su cabello pude asegurar de que si era ese chico tan misterioso y guapo que me había tropezado ayer por la noche; ¿Desde cuando estudia aquí? Me pregunté de forma constante, pues o debía ser muy tímido y callado o era nuevo ingreso, pues la mayoría de las personas las reconocía.
Yorleska apresuró su paso y se sentó en el pupitre vacío atrás de mí, mientras él chico se sentaba a unos puestos de adelante de la otra fila.
Sin querer quitar mi mirada de la silueta del chico, aún debatiendo si era él o no, y por qué nunca antes lo había visto, detalle hasta el más mínimo defecto y siendo sincera fracase en encontrar uno, porque era en realidad muy atractivo, su actitud de chico malo lo hacía atractivo realmente.

-Deja de mirarlo. - Pude oír a Yorleska susurrar tras de mi haciendo que le quitará toda mi atención a él.

-¿Quién es? - Chille en susurro.

- Es nuevo y ya ocasionó problemas. - Volvió a susurrar, frunci el ceño - Es un chico malo. - Su voz sonaba perversa, me guiño el ojo para después darme una sonrisa burlona.

Rodee los ojos divertida, ya se me había hecho extraño que no hiciera ese tipo de comentarios al respecto.

-¿Como sabes que ocasionó un problema? - Le pregunte tratando de no parecer tan desesperada o interesada en él -

-Estaba en la oficina de este maldito profesor - Rodeo los ojos y cruzo sus brazos.

-¿Ahora que hiciste? - Pregunté aburrida, pues ya no era de asombrarse de que Yorleska me comentara de que nuevamente el profesor le había llamado la atención por alguna estupidez. Ambos se odiaban y realmente no me extrañaría si algún día el profesor aparece intoxicado o algo así.

-Solo traje a Cherry a la universidad y casualmente se escapo de la jaula. - Dijo tranquila como si lo que hizo no fuese nada de otro mundo. Mis ojos se abrieron al igual que mi boca; Cherry era un escorpión que ella como loca lo tenía de mascota.

-¿Qué?

-¿Estas loca? ¿Por que lo trajiste? - Mis voz sonó como si fuera una madre regañando a su hija... bueno, realmente yo era como su madre.

El Talismán © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora