11. "Pensamientos"

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[Maratón 1/2]

[Capitulo dedicado a la genia de Futile_devices, pasense por sus historias, son algo: maravilloso]

- ¡Macaaa! ¡No encuentro mi vestido con flores!

Era un viernes por la tarde y las cosas en el departamento de los Correa estaban algo "patas para arriba". Sergio y Josefa corrían de un lado para otro mientras buscaban las cosas que le hacían falta para su tan ansiado viaje.

Digamos que ambos eran algo desordenados si de viajes se trataba.

- ¿Lo buscaste en el closet? - Preguntó mientras ayudaba a su padre a guardar un par de camisas más.

El viaje usualmente duraba una semana, consistía en un tour por los templos y también un par de museos, donde "supuestamente" existían objetos que Jesucristo había usado en vida. La chica no creía con totalidad aquello, pues la imagen de Jesucristo y de la iglesia, a lo largo de su historia se había visto distorsionada por completo. Pero, por supuesto, aquel era sólo su punto de vista y no podía culpar a su familia por querer ir.

No puedes pedirle a un creyente que deje de creer en lo único que ha conocido por toda su vida.

- ¡No está, Maca! - Los labios de su hermana comenzaban a formar una pequeña mueca triste y la mayor le sonrió con ternura.

- Dame sólo un segundo, lo buscaremos juntas ¿sí? ¿Has empacado tus zapatos y tus zapatillas?

•••

- ¡Mommy! ¡No encuentro mis zapatillas!

En el Penthouse las cosas marchaban bastante bien, a excepción de una Rubí algo desesperada.

Digamos que también era un poco desordenada.

- Pero, Rubí, ¿dónde las dejaste la última vez? - Su progenitora aparecía por la cocina mientras intentaba colocar rodajas de pepinos sobre sus ojos, pero al ver a su hija desesperada, prefirió dejar su tratamiento facial a la mitad y ayudarla.

- No lo recuerdo. - Pequeños pucheros decoraban el rostro de la joven, en una clara demostración de lamento y frustración. - Las busqué en mi habitación pero no están... Tengo que encontrarlas.

Su progenitora le sonrió con delicadeza y se acercó a ella para acariciar tiernamente sus mejillas. Ambas caminaron otra vez hacia su habitación y buscaron entre las dos las zapatillas que la joven no logró encontrar.

- ¿Son éstas? - Su madre levantó un par de zapatillas anaranjadas, las cuales, claramente eran el par que Rubí buscaba.

- Ay, mommy. Eres lo máximo.

-Rubí... ¿Vai' a invitar a la Jaci? - Su hermana apareció en su habitación mientras bebía poco a poco su jugo proteínico de la tarde. - Porque hablé con ella hace unos minutos y me dice que no la has invitado.

Rubí sabía que tarde o temprano, su amiga de la infancia aparecería en aquella conversación. Todos los años la invitaba a sus partidos, y jamás había faltado a alguno, pero, por alguna razón llamada como la chica del 205, deseaba que no apareciera ese año. Tendría que tragarse el verlas juntas y los posibles coqueteos que Jacinta podria hacerle a su amiga. Y a pesar de que sus amigas eran sólo eso, le molestaba que la chica coqueteara con su vecina.

- Uhm... Creo que olvidé decirle.

- ¿Cómo se te olvidó? - La menor entró a la habitación y se sentó en su cama cruzando una pierna sobre la otra. - Es como una cabala, sis. It's so important que vaya ella ¿cachai'?

Diste vuelta mi mundo ||RUBIRENA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora