Hargrove había ignorado lo que le había dicho Harrington, y no lo había llamado ni por teléfono ni por el walkie-talkie de Max. Así que la semana siguiente, el muchacho había intentado acercarse a él. Según, para asegurarse de que estuviera bien.
—Te ves... guapo —le dijo, encontrándolo frente a su casillero, y en seguida sacudió la cabeza a los lados, ruborizándose—. Digo, bien. Te ves bien —se corrigió, rápidamente—. O sea, mejor. Quiero decir...
—Sí te entendí, Harrington —gruñó Billy, enrojeciendo levemente, y se apartó de él.
Hagan lo esperaba a unos pasos, con una expresión de suspicacia y resentimiento, que intentó disimular lo mejor que pudo cuando Hargrove se reunió con él. Quiso averiguar que había sido lo que acababa de ver, pero Billy no le dio ninguna explicación y cambió el tema.
La única persona con la que, tal vez, se decidiría a hablar del tema, era Carol; pero, el idiota de Tommy decidió que ése era el mejor momento para empezar a sentir celos de él, y a partir de entonces, no permitió que se quedaran a solas ni un minuto.
Así que, como no tenía a nadie con quien hablar del asunto, decidió ignorarlo y actuar como si nada hubiera pasado, tal y como le había dicho a Harrington que hiciera.
Lo mejor para todos era mantener las cosas a un nivel platónico. Por lo tanto, se esforzó por evitar al muchacho por varios días. Pero, era muy difícil. Se lo encontraba en todas partes y le costaba un gran esfuerzo no dejarse llevar por el impulso de correr hacía él para arrastrarlo a un lugar privado o tumbarlo ahí mismo y comerle la cara...
Su resistencia duró hasta una ocasión en que se dirigía a su auto después de dejar a Max y saludar a Karen, y vio a Harrington estacionar frente a la residencia Wheeler para que el niño Henderson bajara de su auto.
Cuando se cruzó con Henderson en el camino de la entrada, éste le dijo que aunque en parte gracias a él Troy y James se mantenían alejados de la pandilla, todavía estaba a prueba y que procurara seguir comportándose si no quería vérselas con su amiga El.
Hargrove rodó los ojos y siguió su camino a su auto, pero cuando notó la cara de aflicción de Harrington, no tuvo otra opción que tratar de averiguar qué le ocurría.
—¿Qué pasa, Princesa? —le preguntó en tono burlón, inclinándose para mirarlo mejor a través de la ventanilla del BMW—. ¿Fuiste rechazado por otra chica... otra vez?
Harrington no se rio de su chiste, sino que le hizo mala cara.
—Jódete, Hargrove...
Hargrove se rio de su susceptibilidad.
—No seas nena —le dijo—. Ya dime qué te ocurre...
Harrington dudó un momento, pero finalmente exhaló, resignado.
—Acabo de recibir una carta de la universidad —dijo, y no tuvo que añadir nada que su cara larga no hubiera ya mostrado elocuentemente.
—Eso apesta... Lo siento —dijo Hargrove, y honestamente, quería ser empático, pero sus labios se curvaron formando una sonrisa.
—¿En serio? —preguntó Harrington, ofendido—. Entonces deja de reírte.
—Lo siento —repitió Hargrove, mirando a otro lado para que Harrington no viera que su sonrisa se resistía a desvanecerse—. Mira el lado bueno —sugirió, porque definitivamente, él sí lo estaba viendo.
Desde que había escuchado a Carol y Tommy parlotear todo el semestre de las escuelas a donde irían a estudiar; no había podido evitar pensar en Steve y en que se marcharía de Hawkins para acudir a una buena, pero lejana, universidad. Y que nunca volvería a verlo. O que, cuando regresara, lo haría con una novia. Sería una mujer hermosa y rica. Luego, cuando se graduara y empezara a trabajar con su padre, se casaría. Se mudaría con su esposa a una casa enorme y empezarían a tener hijos.
Y eso iba a destrozarlo.
Había intentado apartar todo eso de su mente y recordarse que de todos modos, él no estaría en Hawkins para ver todo eso. Para cuando eso pasara, Hargrove ya tendría muchos años instalado de vuelta en California. Pero, le había resultado imposible dejar de pensar en ello.
—¿Cuál sería el lado bueno? —preguntó Harrington, con renuencia.
—Pues... Que puedes continuar disfrutando de mi presencia —dijo Hargrove con presunción—. Por lo menos, hasta que vuelvas a intentarlo el año próximo... —murmuró, encogiéndose de hombros.
—¿Ése es el lado bueno? —preguntó Harrington con sarcasmo, pero Hargrove no percibió rastros de ironía en la bonita sonrisa que le dedicó.
—Deberíamos ir por unos tragos —sugirió—. Ya sabes, para animarte —aclaró, sonrojándose levemente.
—Oh... —la sonrisa de Harrington se apagó—. Todavía debo conducir. Para llevar a Dustin de regreso a su casa...
—Claro, eres tan responsable —dijo Hargrove, en un tono áspero para ocultar lo doloroso que le había resultado el rechazo. Se retiró de la ventanilla para dirigirse a su auto—. Aunque no le haría daño caminar un poco, ¿sabes?
—Espera —lo llamó Harrington, abriendo su portezuela para seguirlo—. Podemos ir a otro lado. Como... No sé... ¿por malteadas? —titubeó, mientras Hargrove subía al Camaro.
—¿Qué edad crees que tengo, Harrington? —le gruñó Billy, indignado, arrancando el motor.
—¿Quién es la nena ahora? —espetó Steve, frustrado; y Billy le enseñó el dedo medio antes de marcharse.
***
Assh qué gente tan bipolar :/
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M*erdas normales (Steve x Billy - Harringrove)
FanfictionDespués de haber sido drogado por su psicópata hermanastra, Hargrove despierta en la casa de Byers, solo, confundido, apaleado y sin auto... La vida de Billy Hargrove en Hawkins, un pueblucho embrujado, entre noviembre de 1984 y julio de 1985, pero...