XIII

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—¿En serio invitaste a Harrington, Perkins? —preguntó Hargrove, fingiendo fastidio—. ¿Qué mierda...? ¡Pensé que estabas bromeando!

Acababa de llegar a la casa de Carol, donde ésta había organizado una fiesta aprovechando que sus padres habían salido de viaje ese fin de semana.

—Ella me extraña, Hargrove —dijo Harrington con suficiencia—. Al parecer no tienes lo necesario para reemplazarme.

Hargrove chasqueo la lengua, despectivamente.

—No intentaba reemplazarte, idiota.

—Qué bueno. Porque no habrías podido.

Carol puso los ojos en blanco.

—Dios, paren —dijo con fastidio—, y agradézcanme por hacerles este favor.

—¿De qué mierda hablas, mujer?

—Están locos uno por el otro —explicó Perkins, como si fuera lo más obvio del mundo—, y se morían por verse...

—¡Estás enferma, Carol!

—¡Qué mierda tienes en la cabeza, Perkins!

—¡Cómo sea! ¡Diviértanse! —les dijo la chica, con una sonrisa sugerente, y los dejó solos.

Carol tenía razón, al menos, respecto a Billy. Pero, era demasiado terco y orgulloso y no quería darle la razón a esa zorra sabionda.

Por las siguientes horas, Hargrove procuró mantenerse alejado de Harrington, y gracias al cielo, éste parecía estar haciendo lo mismo.

Pero, la noche avanzaba, en sus organismos iban subiendo los niveles de alcohol, fueron perdiendo las inhibiciones, y no pudieron seguir resistiendo la urgencia de estar cerca el uno del otro. Y terminaron encontrándose en el sillón de Perkins.

—Niño bonito... —murmuró Billy, viendo a Steve cabecear y esforzarse por mantener los ojos abiertos—. ¿Qué pasa? ¿Ya tienes sueño? ¿Ahora quién va a creer que eres el Rey?

Harrington le sonrió, adormilado.

—Ya no soy ningún Rey... por culpa tuya —murmuró haciendo como que se quitaba una corona de la cabeza—. Puedes quedártela —dijo llevando sus manos a la cabeza de Hargrove, como si colocara ahí el tocado imaginario.

Hey... ten cuidado con mi cabello... —le advirtió Hargrove, con nerviosismo, porque los dedos de Harrington se estaban demorando más de lo necesario en retirarse de su pelo, y dio una ojeada alrededor para asegurarse de que nadie les prestaba atención.

Steve sonrió suavemente, ruborizándose.

—Lo siento —musitó, con voz pastosa. Y, entonces, bostezó.

Hey... ven aquí —dijo Hargrove, e hizo que Harrington se pusiera de pie. Lo hizo apoyarse en su hombro y lo guio por la casa de Perkins hasta el cuarto de huéspedes, donde tuvo que sacar de la cama a una pareja en medio de los preliminares, y ayudó a Harrington a sentarse en el borde del colchón—. Bueno... Que duermas bien.

—No... —balbució Steve, frotándose un ojo—. ¿Crees que me voy a dormir... y arriesgarme a que tú me hagas algo...?

Billy sintió su cara calentarse.

—¿Me crees capaz...?

—Estoy seguro... Quieres que me quede dormido... para dibujarme un pito* en la cara...

Hargrove rio histéricamente.

—Jamás te haría algo así... —dijo, riendo.

—Júralo... —murmuró el muchacho.

—Harrington, te juro por mi bebé —dijo Hargrove con toda la solemnidad de la que fue capaz— que no voy a dibujarte un pito en la cara cuando te quedes dormido.

—¡Está bien, no había necesidad de ser tan dramático! —dijo Harrington, riendo con suavidad—. Te creo... —murmuró. Luego, lo agarró por la solapa de la chaqueta y lo jaló para atraerlo hacia sí para besarle los labios fugazmente—. Buenas noches —susurró sin alejarse, sin dejar de mirar los ojos de Hargrove con intensidad.

—Buenas noches —replicó éste, y se inclinó hacía Steve, y compartieron un beso suave, lento y mucho más prolongado que el anterior. Les fue muy difícil; pero, finalmente, separaron los labios, y se miraron a los ojos, sonriendo.

—Buenas noches —murmuró otra vez Steve, se tumbó sobre la almohada y suspiró tranquilamente.

Hargrove miró embelesado como la carita preciosa de Steve Harrington se relajaba mientras iba sumiéndose en el sueño agradablemente. Entonces, Se recostó a un lado del chico, quien rodó para acurrucarse en su hombro.

Estaba por quedarse dormido también, cuando sintió que Steve se removía a su lado, y lo escuchó gimotear lastimeramente y balbucir incoherencias sobre demonios de D&D. Lo estrechó y lo arrulló hasta que volvió a relajarse en sus brazos.

Poco después, ambos dormían profundamente.

***


*No sé que tan universal sea la palabra 'pito'. Si alguien no sabe a que se refiere, puede preguntar en los comentarios 😂😂😂😂

M*erdas normales (Steve x Billy - Harringrove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora