Finalmente, llegaron las vacaciones de verano a Hawkins High, y Billy Hargrove se sintió agradecido, pues el pueblo deprimente donde había estado viviendo por los últimos meses lo estaba volviendo tan gris y pálido como el resto de sus habitantes. Gracias a que podía tomar el sol en su nuevo trabajo de verano en la piscina pública, su piel estaba recuperando su color dorado.
Un día, al regresar de la piscina, Billy se encontró en la sala con Max, que estaba refunfuñando en el sofá, vestida y maquillada como solo la había visto en pocas ocasiones antes que esa, como el Snowball, hacía unos meses.
—¡Cállate! —le gruñó la niña al ver como los ojos de Billy brillaban con malicia.
—Pero si solo iba a decir...
—¡Que te calles!
—... que te ves tan adorable...
—¡Cierra el puto pico!
—... como una adorable muñeca...
Max tomó un cojín que tenía a su alcance y se lo arrojó directamente a la cabeza, pero, Billy lo atrapó, riendo a carcajadas, y se lo arrojó de vuelta.
—¡Maldito! —rio Max, intentando lanzarlo de nuevo.
—¡No! —gritó Susan asustada, llegando desde la cocina, atraída por las risas y gritos de los hermanastros—. ¡Su pelo! —se lamentó y fue hasta la chica—. Gracias a Dios —suspiró, cuando se aseguró de que el peinado de Max seguía en su lugar—. ¡Eso no estuvo bien, Billy!
—Lo siento, Susan —dijo Billy, aun divertido—. Sólo estábamos jugando...
—Sí, claro... —dijo la mujer—. Llévala al baile, anda.
Así que Billy llevó a Max al baile de fin de curso de la secundaria, pero cuando pararon frente al edificio, la niña permaneció en el asiento, nerviosa.
—¿Qué pasa? —preguntó Billy, fastidiado.
—Es que... La verdad no pensaba ir a ese baile en particular...
—¡Con un carajo, Max...! ¿Cuál es tu puto problema? —gritó Billy—. ¿Por qué insistes en meterte y, además y más importante, meterme a mí en problemas...? ¿A dónde mierda pensabas ir?
—¡Cállate! —lo interrumpió la chica— ¡Pude haberme ido sin decirte nada, ¿no?
—¡Joder, muchas gracias por ser tan considerada!
—¿Me vas a acompañar, o qué, idiota?
—¿Qué...?
—¿Que si vienes conmigo?
Billy resopló y se pinchó el puente de la nariz, mascullando.
—Está bien —gruñó—. ¿A dónde vamos?
Siguiendo las indicaciones de su hermanastra, Billy condujo hasta el deshuesadero abandonado, donde había una fogata y varias parejas de chicos de secundaria y preparatoria bailando al ritmo de la música que salía del estéreo del BMW de Harrington.
Los hermanos salieron del auto y se acercaron a la fogata. Sinclair se desprendió del grupo, corrió hasta Max y se quedó mirándola embobado.
—¡Deja de mirarme así, Acosador! —le gruñó la chica, ruborizándose y golpeó el hombro de Lucas.
Billy puso los ojos en blanco, con tedio, y los dejó solos.
Miró a su alrededor. Observó a las parejas y entendió porque no querrían ser vistos en el baile de la escuela. Estaba todo mal. Había chicas bailando con chicas, chicos con chicos, chicos negros con chicas blancas... El niño zombi también estaba allí. Su pareja no era ni del género ni la raza correcta, sino un niño chino cuatro ojos.
Entre los chicos de preparatoria, reconoció a los de la banda, los del coro, los de artes plásticas y demás clubes y talleres que tenían la fama de estar infestados de raritos. Ellos debían haber organizado todo ese desfiguro.
Había pocas parejas normales. Por ejemplo, la de la extraña hija del policía y cara-de-huele-pedo Wheeler. O la de Harrington con una chica atractiva de cabello rubio y rebelde.
Sintiendo la cara ardiendo, Billy le dio la espalda al fuego y fue hasta la hielera que estaba en el suelo cerca de la carcasa de un autobús amarillo. Se apropió de una cerveza y se recargó en el costado del autobús para beberla. Pero, en cuanto dio el primer trago, tuvo que escupirla, asqueado. Con razón la hielera parecía abandonada.
La risa de Steve resonó cerca de él.
—¿Pensaste que íbamos a darle cerveza con alcohol a los mocosos? —preguntó, aproximándose.
Billy hizo un gesto de inconformidad, porque recordaba que cuando él se puso su primera borrachera, era un par de años menor que su hermanastra.
—Entonces... Me alegra que por fin hayas superado a Wheeler —masculló sin poder evitar que su tono revelara lo resentido y celoso que se sentía en ese momento—. ¿Quién es ésa? —preguntó haciendo un gesto en dirección a la rubia, que se había quedado cerca de la improvisada pista de baile y miraba distraídamente a los demás chicos.
—Es Robin —dijo Steve—. Trabajamos juntos en el centro comercial.
—¿Intentarás tirártela? —preguntó Billy, cruzando los brazos.
—No creo... En realidad no es mi tipo —dijo el muchacho alzando los hombros—. Es que... Es una nerd de la banda ¿entiendes?
Billy asintió con la cabeza. Pero, luego miró algo por encima del hombro de Steve, que lo hizo sonreír burlonamente.
—Además de que es lesbiana —dijo.
—¿Qué...? —preguntó Harrington, confundido y giró sobre sus talones para seguir la mirada de Hargrove—. Oh, wow... —murmuró viendo como Robin le daba una muy cariñosa bienvenida a una chica recién llegada y la tomaba de la mano para llevarla a bailar—. Bueno... eso lo explica todo —dijo volviendo la vista hacía Billy—. Ninguna chica normal habría podido resistirse a esto... —dijo señalándose a sí mismo, sonriendo ampliamente.
—Idiota —murmuró Billy, y ambos dejaron escapar unas carcajadas nerviosas.
Luego de volver a la calma, Hargrove observó como Harrington comenzó a juguetear con sus manos, a carraspear y a morderse el labio, ansioso.
—¿Billy, quieres b...?
—Ya me tengo que ir —dijo Hargrove, atropelladamente, enrojeciendo—. Sólo vine a dejar a Max... —murmuró mientras se apresuraba al Camaro.
—Billy... —lo llamó Harrington, con premura—. Estamos a salvo... Te lo prometo.
—No puedo... —murmuró el muchacho sin detenerse.
***
fin😢
(O sea, fin de la parte cinco😅)
(La parte seis va a ser la última🌟)
(Hasta luego 💞)
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M*erdas normales (Steve x Billy - Harringrove)
FanfictionDespués de haber sido drogado por su psicópata hermanastra, Hargrove despierta en la casa de Byers, solo, confundido, apaleado y sin auto... La vida de Billy Hargrove en Hawkins, un pueblucho embrujado, entre noviembre de 1984 y julio de 1985, pero...