Omertà - Vmin

XLII

— ¿Podré salir solo esta vez? — Cuestionó el de cabello rosa mientras se sentaba maliciosamente en las piernas del capo — Necesito hacer unas compras especiales para esta noche...

V cerró los ojos al sentir los suaves labios de su amante recorrer su cuello con lentitud, era evidente que estaba intentando provocarlo para que cediera ante sus caprichos, pero la situación en ese preciso momento era crítica, entonces... ¿realmente sería responsable de su parte dejar salir a JiMin sin ningún tipo de protección especial?

— ¿Compras especiales?

Susurró, distraído por el notable despertar de su miembro debido al tacto y provocación de su amante.

— Así es — susurró mientras abandonaba su cuello. Sonrió con malicia segundos después de poner su mano encima de la entrepierna del capo, acariciando con lentitud —. No hemos podido celebrar el éxito que estás teniendo controlando a Jeon y quiero hacer algo especial para ti, pero no quiero que nadie más se entrometa en nuestros planes...

El más alto cerró los ojos con fuerza, dejándose llevar un poco por las caricias del menor, a quien atrajo repentinamente a su cuerpo. Sostuvo su espalda con fuerza y, con la ayuda de su lengua, comenzó un recorrido perverso por el cuello de JiMin.

— ¿Debería confiar con que tendrás cuidado? — Susurró en su oído — De no ser así... tendré que castigarte.

JiMin sonrió de lado después de separarse un poco de su amante. La mandíbula del capo estaba tensa y algunas gotas de sudor habían comenzado a recorrer su frente. El menor se preguntó cómo era posible que una persona pudiera ser así de hermosa.

La belleza del castaño era irreal; la forma de sus ojos, el grosor de sus labios, el aroma que emana, su proporción corporal y el color de su cabello habían sido hechos a la perfección. Sus ojos eran oscuros, tanto que muchos de sus enemigos solían decir que V se trataba de un monstruo salido del infierno, pero todo aquello que se comentaba estaba muy lejos de la realidad.

Ciertamente el capo podía ser una persona desinteresada y eso era imposible negarlo, pero sí se rumoraban muchas cosas que a JiMin siempre le habían parecido absurdas, por ejemplo; que no se preocupaba por todos los hombres que estaban bajo sus órdenes. También existían aquellos quienes decían que el capo realmente no sentía ningún tipo de interés romántico hacia su compañero, eso sí que era más que ridículo.

JiMin estaba consciente de que su amante lo amaba tanto como él, era una tontería el hecho de que alguien pensara que no era así.

Fue entonces cuando sujetó su corbata con fuerza, jalándola y acercando su rostro peligrosamente al de él. Cuando sus miradas se encontraban parecía que el mundo entero estaba a punto de colapsar a su alrededor; los sentimientos que tenían por el otro eran más grandes que cualquier otra cosa.

— Siempre tengo cuidado, cariño.

Susurró mientras pasaba su lengua por el labio inferior del más alto, le divertía provocar a su amante.

— Es peligroso.

— Me han entrenado bien — insistió —. No soy una presa fácil, lo sabes.

El mayor colocó ambas manos en los muslos de JiMin; odiaba cuando sus provocaciones lo hacían ceder.

— Te llamaré cada diez minutos para asegurarme de que estás bien.

El de cabello rosa sonrió maliciosamente antes de devorar los labios de su amante con deseo, siempre había estado consciente del poder que tenía sobre el capo y eso le encantaba.

— Estaré bien.

Y V realmente esperaba que fuera así.

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Hola, ha pasado un tiempo lo sé, pero la facultad, el estrés y la pandemia hicieron que perdiera un poco el rumbo de esta historia, pero he intentado recuperarla para ustedes, una disculpa.

También quería comentar que algo gracioso sucedió, hace tiempo tuve un sueño y lo que pasaba en él me pareció bastante interesante para un fanfic así que lo empecé, se llama The Ascended y es Taekook; agradecería que le dieran una oportunidad, sé que les gustará.

Gracias por su paciencia, intentaré actualizar más seguido. Les quiero.