XIX

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Busan, 2019

Aquel callejón siempre había sido silencioso, pero esa noche parecía pertenecer a una ciudad fantasma en la cual era imposible escuchar algo además del viento. La oscuridad y el mal olor que emanaba de aquellas cajas sucias y viejas le hacían pensar que el ambiente había sido diseñado por el mismísimo demonio.

No estaba del todo concentrado, pero tampoco bajaba la guardia. Él seguía sin entender por qué razón había seguido las indicaciones de la misteriosa carta que había aparecido en su escritorio el día anterior.

Quizá lo había hecho porque estaba desesperado, pero también sentía que era porque se estaba muriendo de curiosidad. Quería ver con sus propios ojos el rostro de aquella persona de la que todos estaban hablando.

Te imaginaba más alto.

Alzó la cabeza y por pura costumbre sacó el revólver que escondía dentro de sus pantalones.

Se dio la vuelta y apuntó con firmeza, pero lo único que recibió de su parte fue una retorcida risa.

Yo no haría eso si fuera tú.

Advirtió mientras bajaba con su propia mano el arma que sostenía entre sus manos.

Era él. El mismísimo V estaba de pie justo frente a él. El capo más importante de todo el continente y uno de los hombres más temibles del mundo.

El comandante frunció el ceño. A simple vista, aquel sujeto no era para nada aterrador. Vestía un abrigo negro y debajo un elegante traje púrpura, su cabello estaba perfectamente peinado y sus manos ahora se escondían dentro de sus bolsillos. Es decir, de no saber de quién se trataba, él podría asesinarlo en aquel preciso momento.

O al menos eso creía.

¿Por qué me citaste aquí?

Una retorcida sonrisa se formó en el rostro del capo.

¿No es mejor presentarnos antes?

El comandante negó.

Te conozco lo suficiente.

¿Y quién no? — Se burló — Pero no nos encontramos en la misma posición, querido. Debemos presentarnos porque al menos debo conocer el nombre del hijo de puta que no está dispuesto a colaborar.

El comandante apretó los dientes. Jamás le había agradado que alguien lo tratara de esa manera. Así que, sin siquiera pensarlo, se acercó peligrosamente al cuerpo del capo y amenazó.

Vuelve a llamarme de esa manera y te partiré la boca.

Vuelve a faltarme al respeto de esa manera y te partiré algo más que la boca, querido.

Se burló antes de empujarlo con violencia.

No es aceptable que me trates así, es más... — sonrió mientras ponía su mano derecha a la altura de sus labios — deberías besarme la mano cada vez que te dirijas a mí.

El comandante negó.

Estás jodido — escupió —. Jeon JungKook jamás se humillaría de esa manera.

V alzó una ceja.

¿Y él quién es?

La paciencia del comandante estaba a punto de agotarse, pero decidió respirar profundamente. Si se le ocurría atacarlo se desataría una guerra y eso no beneficiaría en nada la situación actual.

Acabemos con esto de una vez por todas, ¿quieres? — Dijo mientras se frotaba la sien debido al estrés — ¿Por qué carajos me has citado aquí?

El mayor sonrió.

Eso es fácil, creí que lo habías deducido. También te imaginaba más inteligente.

JungKook frunció el ceño.

Te he citado en este lugar para decírtelo personalmente... si no quieres problemas con mi asociación, debes colaborar.

El comandante se echó a reír.

Jamás voy a hacer una puta alianza contigo.

V rio por lo bajo después de escuchar su respuesta.

Definitivamente no entiendes, mira... no es algo que tú decidas, ¿entiendes? — Dijo mientras comenzaba a caminar a su alrededor — Debe quedarte claro que si no colaboras conmigo, te estaré jodiendo a diario. Será divertido para mí, pero no para ti, querido.

JungKook asintió.

Está bien, hazlo — lo retó —. Atácame con todo lo que tengas, no pienso rendirme ante ti.

El capo se echó a reír mientras estaba a espaldas del comandante, quien sentía cómo las oscuras y asesinas manos de V intentaban capturarlo, pero aquello no estaba pasando en realidad. El capo se mantenía quieto, pero aún así JungKook pensaba que en cualquier momento lo tomaría y haría con él cualquier cosa que se le ocurriera.

Eso está por verse.

Omertà - Vmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora