XXXIV

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¿No es más sencillo que me digas quién es?

Cuestionó mientras el capo se inspeccionaba en el espejo, tiró de las solapas de su saco y pasó una de sus manos por su cabello, acomodándolo de inmediato.

La paciencia es la clave de la ciencia, cariño.

Un suspiro se escapó de los labios del menor, quien se tumbó en uno de los sofás de la oficina del capo.

No quiero que me escolten.

V caminó hasta llegar con él, acariciando su frente con cuidado.

Lo sé, pero no voy a permitir que te hagan daño.

JiMin hizo una mueca a manera de berrinche, haciendo reír a su amante hasta que las puertas se abrieron abruptamente.

Bien, ¿dónde es la fiesta?

Y el menor apretó los ojos al escuchar aquella voz tan característica.

Wonho, qué bueno que llegas.

El de piel porcelana asintió mientras saludaba al capo con un gran respeto y admiración.

V, siempre es bueno verte — sonrió y observó a JiMin — JiMin, hola.

Wonho jamás había sido del todo agradable para Park. Su buen ánimo continuo solía sacarlo de quicio la mayoría de las veces, pero debía aceptar que hacía bien su trabajo. Era uno de los hombres más fieles de Alleati Perniciosi.

Wonho.

Saludó.

Entonces, ¿por fin vas a darme ese aumento que tanto pedí?

Bromeó mientras jugueteaba con las solapas de su saco.

Lo haré, pero para ello tendrás que ser reubicado.

El hombre de brazos tonificados lo observó con confusión.

¿Perdón?

A partir de hoy te encargarás de la seguridad de mi pequeño. Eres en quien más confío para hacer este trabajo.

Wonho aún lo observaba igual de confundido.

Bueno, me halagas, pero... yo no soy un guardaespaldas, V.

El capo asintió.

Pero lo serás a partir de ahora.

El de piel porcelana se rascó la cabeza en señal de incomodidad.

Bueno, Wonho — susurró JiMin, poniéndose de pie junto a su amante —. Creo que seremos grandes amigos a partir de ahora.

Dijo sarcásticamente.

Omertà - Vmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora