XIV

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No queremos alarmar a alguien que no tienen nada que ver con esto... ¿verdad? — cuestionó Lee mientras se acercaba un poco más a la extranjera — Un testigo jamás es una cosa buena para los medios.

El capo rodó los ojos.

¡Cierra ya la boca! — apuntó a la joven en la cabeza — ¡Ven aquí o le vuelo los sesos!

Lee rio por lo bajo mientras se acercaba con lentitud, pero lo que el capo no esperaba era que uno de los anillos del hombre podía sacar con facilidad una pequeña navaja. Pequeña, pero lo suficientemente filosa como para apuñalar a alguien con facilidad.

Vamos, amigo... ¡Ambos sabemos que esto no es necesario!

Exclamó mientras se lanzaba repentinamente al cuerpo del capo. Sostuvo sus manos, impidiendo que él pudiese sostener la carabina para dispararle.

Fuerzas armadas, ¡qué sandez! — Gritó antes de sostener la máscara con su mano izquierda — ¡Conozco perfectamente esta mirada!

Y cuando consiguió arrancar el neopreno de su rostro, V empujó su abdomen con fuerza, haciéndolo retroceder la distancia necesaria para encararlo.

V, por supuesto... eres el único con las agallas suficientes para enfrentarme a mí. ¡Al gran Lee Seung-Hyun!

Los dientes del capo se apretaron.

Comandante general, ¡vaya falsedad! — alzó una ceja mientras reía por lo bajo — Pero debo admitir que fue un buen plan, pudo haber funcionado.

Aún puede hacerlo.

Retó V.

Oh, ¿en serio? — Replicó Lee — He visto tu rostro. Es imposible que me lleves ahora sin que mis aliados sepan tu verdadera identidad. Estás acabado, niño.

V rio por lo bajo después de escuchar aquello.

Tienes razón — susurró antes de apuntar con la carabina la cabeza de Lee —, pero no necesito llevarte.

Y disparó.

El molesto sonido agudo en sus oídos hizo acto de presencia al instante. El cuerpo de Lee se desplomó, pero aquello no lo era todo. A su espalda se encontraba su amante, quien no dudó en dispararle a la extranjera justo en la cabeza cuando notó que con sus manos temblorosas apuntaba al capo con un pequeño revólver.

El suelo y el colchón se tiñeron de un característico color rojo en cuestión de segundos, aquella estaba siendo una buena masacre.

¡Joder, V! Exclamó SeokJin de repente — ¡Esto no era parte de nuestro plan!

El capo sonrió con malicia.

Pues lo es ahora.

Omertà - Vmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora