Omertà - Vmin

XXXVII

V se encontraba sentado frente a su escritorio, en aquella enorme silla de piel que lo hacía parecer aún más imponente de lo que ya era.
No podía dejar de apreciar las fotografías. La mirada de JiYong, igual de amenazante con siempre le provocaba incertidumbre. ¿Qué demonios estaban planeando si sabían perfectamente que no tenían oportunidad contra él?

Pensó en los miles escenarios posibles, pero ninguno le parecía lo suficientemente lógico. Soltó un suspiro y tomó la rosa que se encontraba en el elegante florero de su escritorio, analizándola cuidadosamente.

No podía dar la orden, sería bastante arriesgado ahora que había conseguido su alianza con el comandante y tampoco podía seguirlos sin que ellos lo notaran.

No le quedaba otra opción más que esperar que ellos dieran el primer paso, de esa manera estaría un poco más seguro de lo que tenían entre sus asquerosas manos.

Siguió observando la rosa hasta que escuchó las puertas abrirse de par en par gracias a su amante, quien le sonrió enormemente al verlo tan concentrado.

— ¡Has vuelto, cariño! — Exclamó el capo, poniéndose de pie para ayudarlo con las bolsas que tenía entre las manos.

— Gracias, encanto. — Susurró mientras depositaba un casto beso en la mejilla de V.

El capo puso las bolsas encima de su escritorio y no pudo evitar echarse a reír cuando se dio la vuelta. El nuevo tinte de Wonho sí que sería un tema de conversación.

— ¡Vaya! — Dijo entre risas — ¡Y lo peor del caso es que ni siquiera te hace lucir menos masculino!

Aseguró, golpeando sus hombros de manera burlona.

— Sí, todo fue su idea.

El capo no tardó en asentir, pues eso le había quedado claro desde el inicio.

— No puedo imaginar lo que te dirán cuando llegues a casa — mencionó V — ¿Acaso querrá que cambien posiciones a partir de esta noche?

El ceño de Park se frunció después de escuchar aquello.

¿Acaso Wonho estaba...

— HyungWon podrá mencionar muchas cosas, pero esa jamás, créame.

V asintió mientras acomodaba las solapas de su saco.

— Puedo imaginarlo.

JiMin estaba completamente sorprendido en ese momento. Sí, Wonho estaba saliendo con un hombre... ¿por qué carajos se enteraba hasta ahora?

— ¿V? — la voz de SeokJin invadió la habitación — Lamentó interrumpir, pero esto es importante.

El capo asintió.

— Jeon está abajo esperándote — avisó — y no está solo.