VI

3.6K 473 183
                                    

Roma, 2019

La espalda de Park JiMin se arqueaba cada vez que sentía la lengua de su amante recorrer una y otra vez su cuello. El más alto lamió sus labios antes de volver a presionar su boca contra la piel caliente de JiMin, quien no paraba de jadear debido al éxtasis que estaba experimentando. Park gimió, alargando sus piernas y poniéndose completamente rígido bajo su amante. Colocó sus uñas en su espalda y presionó, rasguñándolo un poco y consiguiendo un jadeo de su parte.

L-Lo siento, daddy — se disculpó el menor mientras lamía sus gruesos labios —. Lo siento, lo siento, es sólo que me enloquece cuando te pones así.

No te disculpes, pequeño — susurró antes de sentarse en la enorme cama y jalarlo hasta él, consiguiendo que colocara ambas piernas a sus costados —. ¿Se siente bien?

Oh, V... — fue todo lo que el menor pudo decir cuando sintió que sus miembros se deslizaban juntos. V abrió un poco más las piernas, sintiendo un frío viento contra sus testículos repentinamente — mierda... dijo cuando su amante empujó hacia arriba, sintiendo su sexo resbalándose contra su entrada.

El más bajo jadeó y tembló en los brazos del mayor una vez más. V sonrió y lo hizo de nuevo, embistiéndolo esta vez. JiMin sollozó debido al placer que estaba sintiendo en aquel preciso momento.

Joder, estás tan caliente. — Masculló el más alto, moviéndose en su interior con algo de lentitud al inicio.

Jadeó cuando sintió a JiMin balancearse sobre su regazo, provocándolo al instante. El miembro de su amante estaba caliente, duro y húmedo y V no dudaba en embestirlo una y otra vez.

Oh, daddy... me gusta mucho que me cojas de esta manera. — Dijo entre jadeos.

El más alto apretó las nalgas de su amante antes de ponerse de pie y deslizarse con más fuerza de la habitual. Un grito por parte de JiMin resonó por toda la habitación, pero eso sólo consiguió que V se calentara aún más.

¿Es así? — JiMin asintió antes de esconder su rojo rostro en su cuello — Entonces tengo un chico muy malo.

El menor volvió a asentir.

Sí, tan malo que se merece un castigo.

JiMin volvió a rasguñar la espalda de su amante cuando sintió tocar el cielo con sus dedos. Últimamente V se inspiraba aún más a la hora de tener sexo con él, prácticamente lo hacían cada noche, incluso cada que tenían la oportunidad.

Ambos eran unos grandiosos amantes.

¿Vas a castigarme, daddy?

El más alto asintió volviendo a apretar las nalgas de JiMin, esta vez para levantarlo y hacer que se pusiera de pie. Se sentó, lo tomó por la cabeza y lo obligó a arrodillarse.

Una sonrisa maliciosa se pintó en el rostro de JiMin, quien no dudó en llevar el sexo caliente de su amante a su boca. A él le gustaba juguetear con su daddy, amaba que se mostrara vulnerable sólo con y para él. Pasó su lengua alrededor de su dureza, sintiendo cómo el líquido caliente era expulsado dentro de su boca. Sentía los dedos del más alto entre los mechones de su ahora rubio cabello cuando se sacó el miembro de su boca, pero segundos después tomó la base con su mano derecha y empezó a frotarlo mientras lamía su glande una y otra vez.

Esa era una buena forma de satisfacer a daddy.

Oh, eres tan sucio, pequeño.

Todo es gracias a ti, daddy.

Ambos sonrieron antes de que JiMin se pusiera de pie y se sentara en el regazo del más alto, permitiéndole besar su cuello múltiples veces, esta vez como un acto más amoroso que sexual.

Tengo una sorpresa para ti.

JiMin alzó una ceja después de escuchar aquello.

¿En serio? ¿Cuál es, daddy?

Preguntó mientras acomodaba algunos mechones rebeldes que se habían pegado en la frente de su amante debido al sudor.

Por fin regresaremos a Corea.

Una expresión de sorpresa invadió el rostro del rubio, quien no pudo evitar sonreír segundos después de escuchar aquella maravillosa noticia.

¡Eso es increíble! — Festejó — Aunque también me gusta Italia, daddy. — Confesó mientras hacía un puchero.

V sonrió.

Sabes que puedo traerte cuantas veces quieras, pequeño — le recordó —. Pero por el momento hay que volver, recibí un llamado de parte de Terribile estorsione. Al parecer hay algunos problemas con las autoridades y necesitan de mí.

El menor asintió antes de tomar los labios del más alto en un cálido y fugaz beso.

Debo arreglarme para daddy entonces.

Dijo mientras se ponía de pie y corría hacia el baño de la habitación. Tardó unos segundos observándose al espejo, el glitter lucía muy bien en su rostro y aquel nuevo bálsamo labial hacía que sus labios brillaran tanto como quería.

Él jamás imaginó que todo aquello de ser el amante del capo de Alleati perniciosi llegase a gustarle, pero era así. Incluso había caído en los encantos de daddy con bastante facilidad, JiMin no había tardado mucho en enamorarse y tampoco en enamorarlo a él.

Ya no se sentía atemorizado, ya no más. Ahora estaba completa y firmemente seguro en que si alguien llegara a amenazarlo, daddy haría hasta lo imposible para protegerlo.

Omertà - Vmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora