Omertà - Vmin

XXXVI

Después de una tarde entera siendo terriblemente humillado por el comportamiento caprichoso y arrogante de JiMin, Wonho se vio obligado a cambiar por completo su vestimenta. Y no le agradaba aquello en lo absoluto, pues las prendas que vestía aquel día estaban acorde a su personalidad y, además, lo hacían ver mucho más atractivo.

Por otro lado, JiMin no se encontraba del todo satisfecho, pues si bien su plan con todo aquello era humillar a su nuevo guardaespaldas, ahora se lamentaba porque el rosa en realidad le quedaba bastante bien.

- Por favor dime que hemos terminado - suplicó el guardaespaldas, segundos después de subir al coche - hemos estado caminando por horas y no sé lo que pensarán en casa de mi nuevo aspecto.

JiMin rió por lo bajo después de escuchar aquello.

- ¿Acaso a tu novia no le agrada el tinte rosado en los hombres?

Wonho frunció el ceño segundos después.

¿En verdad se creía que tenía novia?

- No tengo novia, en realidad...

- Entonces no habrá problema, deja de lloriquear.

El guardaespaldas soltó un profundo suspiro, pero decidió no darle más explicaciones. Presionó el botón de encendido del automóvil y comenzó a conducir de vuelta a la residencia.

-   ¿V te autorizó todo esto?

El joven de mejillas regordetas dejó de observarse por el espejo retrovisor al escuchar la pregunta de su guardaespaldas.

- ¿Qué cosa exactamente?

- Que hicieras un cambio tan repentino en mi apariencia. No va muy acorde con nuestra imagen.

El más bajito negó levemente con la cabeza.

- Despreocúpate, él no se molestará.

Suspiró.

No le gustaba para nada el hecho de haberse convertido en el guardaespaldas del joven Park, pero debía verle el lado positivo a la situación. La paga mejoraría y V confiaba plenamente en él como para nombrarlo guardaespaldas del amor de su vida.

Aunque, ciertamente, convertirse en su guardaespaldas implicaba aun más riesgos y tenía a alguien esperándolo en casa, no le gustaría dejarlo solo en caso de que algo malo sucediera, pero... tampoco debía contemplar esa posibilidad tan pronto, estaba siendo extremista.

- En realidad no me disgusta tanto el tinte - confesó -, ahora incluso pareces mi hermano menor.

JiMin puso los ojos en blanco, imaginando esa posibilidad. No le gustaría para nada que lo relacionaran de esa manera con Wonho.

Quizá su intento de humillarlo no había sido tan astuto como creía.