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12:00 a.m.


No estaba del todo sobrio, había bebido, pero no lo suficiente como para perder el conocimiento, aún me encontraba algo lúcido. Estaba tirado en uno de los sofás de la casa, Armin estaba bailando con Annie, y Sasha, Connie y Jean estaban haciendo estupideces en algún lado, Ymir e Historia probablemente estaban encerradas en algún cuarto lejos de todos, les gustaba tener su privacidad, principalmente porque Historia llamaba mucho la atención. En cuanto a Reiner y Bertholdt, la verdad no tenía idea.

Una mano se posó en mi hombro y giré la mirada para ver de quién se trataba.

—Justo estaba pensando en ustedes —dije al ver a Reiner y Berthold—. ¿Dónde estaban?

—Consiguiendo esto —me mostró una bolsa con pequeñas estampas, sabía lo que era, pero nunca lo había probado.

— ¿LSD?

—Y de la mejor —dijo Bertholdt—. ¿Quieres un poco?

—Yo... —lo pensé por algunos segundos, no sabía con qué estaba tratando, y probarlo con personas igual de irresponsables que yo, no era lo mejor.

—Ya la he probado, no pasa nada hermano, en serio —soltó el rubio—. Si te sientes más cómodo vamos a una de las habitaciones, todo estará bajo control siempre y cuando te mantengas tranquilo.

Lo pensé detenidamente, no era la mejor decisión, y no confiaba en Reiner, pero estaba ebrio y uno hace muchas estupideces en estado. Aunque claro, no es justificación de nada.

—Bien, vamos.



...



12:30 a.m.

Al parecer Reiner tenía razón, era LSD de la buena. Ya estaba muy colocado, comenzaba a ver un montón de colores y la realidad un poco alterada, reía como un estúpido y Bertholdt no paraba de decir incoherencias. Decía que hace un montón de años los titanes habían gobernado sobre la tierra, y que habían sido años difíciles y de guerra.

Leía muchos libros de historia, así que no me sorprendía que hubiera sacado eso de alguno de ellos.

Me levanté de la cama con algo de dificultad y traté de mantenerme de pie.

— ¿A dónde mierda vas?, no puedes ni siquiera mantenerte de pie —masculló Reiner.

—Necesito decirle a Armin que pruebe esto, no sería una buena experiencia si no la comparto con mi mejor amigo.

—Tú y tus cursilerías.

Después de eso salí del cuarto, todo parecía moverse y tenía que apoyarme de las paredes para poder andar.

Todos estaban en lo suyo y nadie me tomaba importancia, estaba agradecido por eso.

— ¡Armin! —grité—. ¡Armin!

La música estaba muy alta, así que era imposible que me escuchara, pero aún así yo intentaba llamarlo. Miré en la sala, en la cocina, fuera de la casa, no lo encontraba por ningún lado.

Finalmente salí al patio trasero, donde se encontraba la piscina. No podía ser casa de un niño mimado sin una piscina.

Para mi sorpresa no había nadie allí, más que una chica, no podía distinguirla bien porque su vestimenta era completamente negra, a excepción de su falda, que era roja con cuadros negros, tipo escocesa. Su cabello era corto y negro. Estaba sentada en el borde de la piscina y sus piernas estaban dentro, con sus pies jugaba con el agua.

Decidí acercarme para preguntarle si tenía idea dónde se encontraba Armin, aunque no esperaba tener éxito, ya que lo había hecho anteriormente y no conseguí una respuesta positiva de nadie. Me encontraba alejado de ella, así que decidí acercarme un poco, pero me detuve en seco rápidamente.

Sentí un escalofrío recorrer mi piel, y pareció desaparecer lo ebrio y desorientado que me encontraba en ese momento. Escuchaba el sonido de mis latidos retumbar en mis orejas, y mi respiración era cada vez más pausada. Tragué duro y luché por poder pronunciar algo.

¿M-Mikasa?

Giró la mirada y me paralicé por completo, sentí que la sangre se había drenado de mi cuerpo.

Era ella. De verdad lo era.

Su expresión era fría, pero mostraba sorpresa y confusión.

Estaba a punto de decir algo, pero alguien chocó contra mí.

Lo siguiente que escuché fue el ruido de mi cuerpo golpear con el agua, ni siquiera sentí la temperatura en que se encontraba, sólo pude visualizar cómo me hundía poco a poco.

Quería gritar, quería hacer algo por salir del agua y alcanzarla, pero mi cuerpo no reaccionaba.

Finalmente me di por vencido y dejé que pasara lo que debía pasar.

Cerré mis ojos y me dejé llevar. Lo último que pasó por mi cabeza fue ella.

Mikasa...





wrong | eremika [au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora