33

183 26 5
                                    

Fue como si no hubiese pasado el tiempo.

Como si aún tuviéramos 18 años.

Como si nunca se hubiera ido.

Había llegado la hora de los bailes lentos, y evidentemente la mayoría se encontraban bailando con su pareja.

Yo estaba con Jean y Connie, hasta que ambos decidieron hacer lo mismo que Reiner y Bertholdt y bailar juntos, como si de una pareja se tratara.

Una escena interesante de admirar.

— ¿Bailamos? —se acercó a decirme Mikasa. Me sorprendió su pregunta, definitivamente no la esperaba.

—Sí, claro.

Obviamente no iba a negarme.

Me tomó de la mano y nos llevó hacia donde estaban todos, buscó un espacio libre y ambos nos preparamos para bailar.

— ¿Nervioso? —me preguntó mientras colocaba mi mano en su cintura. 

—Un poco.

—No lo estés, sólo es un baile —bromeó.

Ambos reímos y nos dejamos llevar por el sonido de la música.

La había extrañado demasiado. No había día que no pensara en ella.

— ¿Está bien si pongo mi cabeza aquí? —me dijo mientras se recostaba en mi pecho, miró ligeramente hacia arriba para ver mis ojos.

—Sí, está bien —respondí.

Sabía que probablemente escucharía el latir acelerado de mi corazón, pero no iba a decirle que se quitara. No me molestaba en lo absoluto.

Sentí un suspiro de su parte, e incliné un poco mi cabeza para averiguar de qué se trataba.

— ¿Estás bien?

—Te extrañé mucho —murmuró.

—Mikasa —ella se apartó para poder mirarme, y fue ahí cuando me atreví a tomar su rostro—. Yo también te extrañé.

—Perdóname Eren. No sé hablaste con Levi y Erwin después de la graduación y ellos les explicaron...

—Ellos nos dijeron —interrumpí—. Nos aclararon todo.

—Bueno, entonces me tranquiliza saber que al menos no creíste que te volví a abandonar por más tiempo.

—Y... ¿Cómo estás ahora? —me atreví a decir.

—Muy bien —sonrió—. Pero es algo que no quiero hablar hoy. Sólo quiero pasarla bien —ahuecó su mano en mi mejilla—. Y estar contigo.

Sonreí y ella depositó un beso en mi frente. Sentí el calor subir por mis mejillas.

Definitivamente no esperaba un beso.

— ¿Ahora te sonrojas? —preguntó con una risita.

—Basta —respondí apartando el rostro.

—Es tierno.

Me abrazó y rodeé su cintura con mis brazos. 

—Te amo, Eren.

Susurró en mi oído.

Mi corazón dió un vuelco.

—Yo también te amo, Mikasa.







Sé que estos capítulos han sido sumamente cortos, pero lo frustrante ya lo pasamos y ahora estamos en el descanso.

Gracias a quienes votan y se toman el tiempo de leer mis historias, me hacen sentir que lo que escribo (aunque no sea tan bueno) es entretenido para alguien más aparte de mí. 

Les quiero. xx





wrong | eremika [au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora