09

338 33 1
                                    

Había perdido la noción del tiempo.

Me había quedado dormida, y al parecer, Eren también. Era increíble cómo después de tanto tiempo aún siguiera estático, justo en la misma posición en la cual se encontraba desde un principio.

Me levanté de la cama con cuidado, no quería despertarlo, y me sentía mal yéndome así, pero tampoco quería despertarlo sin razón alguna. Saqué el teléfono de mi bolsillo y miré la pantalla de notificaciones, eran las nueve con cinco minutos, tenía un par de mensajes y una llamada perdida de Levi. Seguramente quería saber dónde estaba.

Le dediqué una última mirada a Eren y después de eso salí de su habitación, tratando de no hacer demasiado ruido. Se escuchaban algunas voces, supuse que serían de Carla y Grisha, caminé despacio y me detuve justo a la mitad del pasillo.

—Oh, bueno, no estábamos enterados de toda la situación, y tampoco quise preguntar nada porque entiendo que es un tema delicado, y puede incluso llegar a ser incómodo, así que simplemente decidí dejarlo pasar.

—Ella no debe dar explicaciones de nada que no quiera, pero a final de cuentas sabemos que ustedes la aprecian mucho, y creímos que era importante que estuvieran enterados de la situación. Así también evitarían hacerla sentir incómoda con algún comentario fuera de lugar.

Ay, no.

—No se preocupen, no haríamos nunca eso, no somos tan imprudentes —mencionó Grisha—. Gracias por aclararlo. Y ahora que se mudaron aquí, deben saber que si necesitan algo, pueden contar con nosotros; como ya lo mencionó señor Ackerman, apreciamos mucho a Mikasa.

—Sólo Levi, por favor.

— ¿Qué hacen aquí? —pregunté, saliendo totalmente del pasillo, todos se voltearon hacia mí.

—No contestabas el teléfono, cosa que no es rara en ti, pero acabamos de mudarnos Mikasa, aunque conozcas este lugar como la palma de tu mano no te da derecho a hacer lo que quieras.

—Avisé que vendría, no entiendo porqué tanto escándalo —le respondí a Levi—. Buenas noches, señor Jaeger —sonreí mientras me dirigía hacia ellos.

—Mikasa, cuánto has crecido —dijo él—. El tiempo pasa tan rápido, ¿no? —asentí.

—Veo que ya se conocieron —mencioné con un tono irónico.

—No sabía que quienes se convirtieron en tus cuidadores eran Levi y Erwin, sus empresas de bienes raíces son muy importantes —dijo Grisha.

—Sí, para mí no es la gran cosa realmente —respondí, restándole importancia. Levi me lanzó una mirada amenazante, Erwin pareció percatarse de ello, así que lo tomó del hombro, provocando que girara la mirada hacia él.

—Bueno señores Jeager, no queremos causarles más molestias, fue un placer conocerlos y hablar con ustedes —soltó Erwin, cambiando totalmente de tema.

—No es ninguna molestia —dijo Carla—. Mikasa sabe que este es su hogar también —me dedicó una sonrisa, yo le devolví el gesto.

—Gracias —dije.

Me despedí de ambos, Levi y Erwin hicieron lo mismo y después nos acompañaron hasta la puerta.

—Espero verlos pronto, señores Jaeger —mencioné.

—Cuando quieras, Mikasa —respondió Grisha—. Por cierto, ¿Eren está en su habitación?

—Sí, está dormido.

—De acuerdo.

—Hasta luego —dijo Erwin, después de eso sacó las llaves del auto para quitar los seguros y pudiéramos subir en el.

Una vez que los tres estuvimos dentro y lo suficientemente alejados del vecindario, supe que era momento del interrogatorio.

—Bien, empiecen con las preguntas ahora, porque quiero llegar a dormir.

—Parece que te reconciliaste con tu noviecito, ¿eh?

—Eren no es mi novio.

—Tus mejillas sonrojadas dicen lo contrario —recalcó Levi.

— ¿Por qué tenían que aparecerse? les dije el lugar donde estaría, no tenían que ir hasta allá. ¿No se suponía que íbamos a mantener un perfil bajo? una cosa les pedí, y pareció no importarles.

—Nos importa, Mikasa —habló Erwin—. Sólo que nos pareció adecuado poner al tanto de la situación a la familia Jaeger, después de todo, ellos fueron parte importante en tu infancia —hizo una pausa—. Además, ya hablaste con quienes debías hacerlo, eso de mantener un perfil bajo ya no importa mucho, no podías mantenerte oculta de ellos por mucho tiempo, y menos viviendo en el mismo lugar, lo sabes.

Solté un suspiro, me crucé de brazos y decidí mirar por la ventana.

—Por cierto, mocosa, te hemos inscrito en la misma preparatoria que ellos. El lunes debes presentarte.

— ¿¡Qué!?, ¿y qué pasó con estudiar virtualmente?, ¿no es una pérdida de dinero cambiarme a tan poco de terminar?

—Eso de estudiar virtualmente es una estupidez, y recuerda que Hange dijo que necesitas relacionarte con las personas —Levi se giró para mirarme—. No puedes vivir en tu caparazón por siempre, lo único que tratamos de hacer desde que nos hicimos responsables de ti, es ayudarte, aunque nuestros modos no te parezcan los más adecuados, sabemos porqué lo hacemos —volvió a su posición de antes, pude ver como Erwin lo miró de reojo, él soltó un suspiro—. No vamos a dejarte a la deriva, Mikasa, aunque eso sea lo que quieres.

Ni siquiera llevaba una semana aquí, y mi vida ya había dado un completo giro. Sabía que en algún punto iba a suceder, no podía escapar de mi pasado, sólo enfrentarlo.

Y al parecer no me quedaba otra opción más que hacerlo.

wrong | eremika [au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora