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—Sasha, por favor ven a sentarte, ella llegará, no seas impaciente —dijo Ymir—. Estás desesperándome, y eso no es bueno.

—Ymir —dijo Historia mientras le lanzaba una mirada tranquilizadora—. Cálmate.

—Sólo mírala —dijo señalándola—. ¡Lleva diez minutos parada mirando para todos lados!

—Está emocionada, eso es todo —respondió Historia, siempre tenía una voz tan relajante, toda ella lo era, realmente.

—Eren —giré mi mirada para encontrarme con Bertholdt y Reiner—. Hermano, lo siento —dijo Bertholdt, lucía bastante preocupado—. No sabíamos que te iba a pegar tanto.

—Ay no fue para tanto, ¿no, Eren? —dijo Reiner restándole importancia.

—Reiner, casi se ahoga por nuestra culpa, no intentes quitarnos responsabilidad —él rodó los ojos, aunque Bertholdt tenía mucha razón, pero yo tampoco quedaba totalmente impune. Nadie me había obligado a nada, así que yo también era tan culpable como ellos.

—Es verdad, perdón Eren. ¿Todo bien? —mencionó Reiner tendiéndome la mano, lo miré por unos segundos y después lo hice. Asentí lentamente.

—Todo bien.

— ¡Pero miren! si son los idiotas que casi hacen que Eren se muera.

Era Annie, y detrás de ella venía Armin.

— ¿Cómo te encuentras?

—Bien —respondí—. Sólo fue un pequeño susto.

— ¿Pequeño susto? —replicó—. Creímos que en serio ibas a morirte, estuve haciéndote RCP por cinco minutos, nos estábamos dando por vencidos y justo cuando íbamos a llamar a los paramédicos, reaccionaste.

—Bueno, obviamente no recuerdo eso porque estaba inconsciente —dije—. Pero gracias, Annie.

Ella soltó un suspiro y por un microsegundo una ligera sonrisa se dibujó en su rostro.

—No agradezcas, todo bien.

Armin me dedicó un saludo con la mirada, yo se lo devolví.

— ¿A quién busca Sasha? —preguntó.

—Una amiga suya vendrá a encontrarse con ella.

—Oh, está bien —respondió, miró alrededor y frunció el ceño—. Que raro que Jean y Connie no estén con ella.

—Se supone que tendrían que haber ido los tres a hacer un proyecto a casa de Jean, pero él se lo dejó pasar —respondió Ymir—. Aunque ellos dos decidieron avanzar algo, y mañana Sasha irá con ellos para seguir.

—Entiendo.

—Sasha, por favor, ¿podrías sentarte de una buena vez? —pidió Ymir, un poco desesperada.

— ¡Ahí está!

— ¿Dónde? —habló Historia, mientras buscaba a la chica con la mirada.

Todos giramos la mirada hacia el otro lado de la acera, y lo que observé me dejó totalmente helado.

Apreté los puños, tratando de averiguar si estaba consiente, pero evidentemente lo estaba, esto era real. Estaba pasando.

Su mirada encontró la mía, y al hacerlo su boca se abrió un poco en señal de asombro. Su expresión era fría, pero en sus ojos se notaban sus verdaderos sentimientos.

No podía apartar la vista de ella, no podía reaccionar ni hacer algo al respecto.

—Sasha... —dijo Armin, su voz se escuchaba ronca—. ¿De dónde... conoces a esa chica?

—Ella es de la ciudad donde viven mis abuelos, como siempre, voy cada verano, y su casa justo queda al lado de la de ellos, así que nos conocimos allí, después nos hicimos amigas —respondió—. Aunque tiene algunos días que llegó aquí, se mudó.

— ¿Qué? —preguntó el rubio—. ¿Con quién vino?, ¿está sola?

—Oigan, son muchas preguntas —dijo Sasha—. ¿Qué pasa?

—Armin, ¿todo bien? —dijo Annie.

Fue entonces cuando decidió cruzar finalmente.

—Te quedaste mucho tiempo parada allá, ¿qué estabas pensando? —ella le dedicó una sonrisa a Sasha, después nos miró a Armin y a mí.

—Eren... Armin...

Escuchar su voz después de tanto tiempo me estremeció, todo en ella había cambiado por completo, pero su expresión seguía siendo la misma que la de la última vez que la vi. Vacía. Aunque sus ojos la delataban.

Mi respiración comenzó a entrecortarse, no sabía qué hacer. ¿Cómo se supone que debía reaccionar a todo esto?

— ¿Ustedes se conocen? —preguntó Ymir.

—Mikasa, ¿ya conocías a Eren y Armin? —dijo Sasha mientras nos observaba a los tres.

Ella se mantenía sin responder, justo cuando se iba a acercar a nosotros, me levanté. La observé por un momento y después comencé a caminar lo más rápido que pude.

— ¡Eren! —gritó Armin—. ¡Eren, espera!

¿Qué había sido todo eso?

Mi cabeza simplemente no lo terminaba de comprender.

Mikasa estaba ahí, había fantaseado con que esto algún día sucediera, pero la verdad es que todo había pasado demasiado rápido. Ni siquiera había tenido tiempo de procesarlo.

— ¡Eren! —me giré, Armin me había alcanzado—. Eren... —tomó un poco de aire—. Sé que estás confundido, yo también lo estoy, no me esperaba nada de eso, pero debemos darle una oportunidad de explicarnos todo.

—Armin, pasaron once años —solté—. Once años sin saber nada de ella, nunca intentó comunicarse ni hacer nada al respecto para al menos saber que se encontraba bien, y ahora aparece como si nada.

—Lo entiendo, pero debe haber una explicación, tal vez algo no le permitió comunicarse, o por algo no se puso en contacto con nosotros —trataba de lucir calmado, pero sabía que también estaba igual de confundido que yo—. Debemos hablar con ella, dejar que nos explique. Sé que todo sucedió inesperadamente, y si necesitas tiempo entonces tómate el necesario, pero no evites una conversación, no puedes negarle eso.

Suspiré, tenía razón. Pero eso no quitaba el hecho de que me sentía molesto. Es verdad, probablemente todo tenía una explicación lógica, pero me dolía el hecho de que me mantuve preocupado por ella durante todos estos años, sin la certeza de saber cómo se encontraba; y de pronto aparecía como si nada, totalmente bien.

Miré detrás de Armin, ahí estaba, totalmente serena.

Se acercó a él y le tomó el hombro, la miró confuso, ella le dedicó una sonrisa y después lo abrazó. Armin correspondió rápidamente al gesto.

Después de unos segundos se separaron, dirigió la mirada hacia mí, se acercó un par de pasos y se detuvo a unos cuantos centímetros.

— ¿Puedo? —preguntó, me tomó algunos segundos responderle, pero finalmente asentí.

Me envolvió en sus brazos, me tomó un momento reaccionar ante su tacto. Hundí mi rostro en su cuello y sujeté su cintura, respiré hondo para absorber su aroma.

La tenía allí.

Finalmente.






wrong | eremika [au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora