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Nicolo había llegado hace un par de horas, y tal como se lo dije a Sasha, todo salió bien. Después de pasar un rato todos en el lago, salimos para comer y beber algunas cervezas.

Ahora eran las 7:00, y estábamos preparándonos para hacer la fogata.


—Oye Annie, no quisiera entrometerme pero, ¿estás bien? —pregunté mientras me colocaba un poco de repelente—. Te he notado algo rara y distante con Armin, ¿pasa algo entre ustedes?

Ella suspiró pesadamente mientras se ataba el cabello. Me dedicó una mirada breve y apretó sus labios.

—Todo está bien, es sólo que ya sabes... —hizo una breve pausa—. Con todo esto de la graduación ambos estamos un poco estresados —asentí—. Él se mudará a otra ciudad para estudiar leyes, por suerte yo también iré a la misma ciudad para continuar, pero...

— ¿Hay un "pero"? —pregunté—. Los dos viviendo en la misma ciudad es algo bueno, no tendrán que mantener una relación a distancia o algo así.

—Me propuso vivir juntos —soltó de golpe. Mis ojos se abrieron como platos y realmente no supe cómo reaccionar.

Hubo algunos segundos de silencio, me aclaré la garganta y decidí hablar.

— ¿Y eso es algo malo?

—Realmente no —mencionó—. Pero mi padre no está muy de acuerdo con la idea. Bueno, él nunca está de acuerdo con nada —admitió con una sonrisa triste—. Los padres de Armin dijeron que lo apoyarían en lo que decidiera, y que si esto era lo que quería, pues que simplemente lo hiciera; lo único que le pidieron fue que considerara que no sería algo fácil. De por sí independizarse es algo complicado, ahora imáginate vivir con alguien.

—Es cierto —murmuré—. Aunque ciertas cosas suelen ser un poco más ligeras. Por ejemplo, si ambos trabajarán, aunque sea algo en lo que ganen lo mínimo si reparten los gastos será un poco más sencillo. O bueno, eso es lo que yo creo en mi ignorancia.

—Así es, algunas cosas cambian cuando vives con alguien.

— ¿Y tú?, ¿cómo te sientes respecto a ello?

— ¿Te soy sincera? —me dedicó una breve mirada—. Me asusta un poco. Siempre he sido muy independiente, y realmente no esperé que me propusiera tal cosa, o al menos no tan pronto.

—Sé cómo es Armin, y estoy segura que cualquier cosa que decidas él lo respetará.

—Lo sé.

—Entonces piénsalo, y discútanlo juntos que es lo más importante —la tomé del hombro y le di un pequeño apretón—. Puedes ser independiente estando con él, no necesariamente debe ser algo malo.

Sonrió.

—Tienes razón. Gracias.

—Un placer —le dije.

—Bueno, ya regreso, ¿sí? —asentí y después de eso se alejó.

Me quedé sola sentada en una de las sillas reclinables. Me recosté y cerré los ojos. Estaba a punto de relajarme, pero escuché pasos acercarse nuevamente.

No me inmuté al respecto, si se dirigían hacia mí, iban a hablarme tarde o temprano.

—Hey, Mikasa.

Ay no.


Abrí los ojos y me encontré con Jean parado justo frente a mí. Casi nunca hablábamos, siempre solía dedicarme miradas y rara vez cruzábamos palabra. 

wrong | eremika [au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora