Los primeros treinta minutos mi cerebro no deja de proyectar una y otra vez la imagen de Zack besándome, de su sonrisa pedante o de su mirada estimulante. Mi estómago no disminuye la sensación vertiginosa y mis oídos no escuchan más que su voz ronca. Brian, frente a mí, habla de algunas cosas que aún no soy capaz de captar con totalidad y cuando su mano se agita delante mío, tengo que obligarme a salir de mi ensimismamiento.
-¿Estás bien?- Inquiere, frunce el ceño pero a la vez me regala una sonrisa bonita. Trato de enfocarme en sus labios.
-Si, claro.- Contesto tirando de una sonrisa.- Es un hermoso lugar.- Admiro la decoración del restaurante de comida mexicana. Adoro que me haya traído aquí y no solo porque soy fan de este tipo de comida, sino porque recordó lo que hablamos en la fiesta.
-La que está hermosa eres tú.- Piropea. Mi pecho se hincha y tengo que apretar mis labios por la emoción que su cumplido causa.
-Vas a hacerme sonrojar.
Ríe.
-Lo siento.
Él se ve encantador con su camisa blanca. Noto que no lleva ningún botón abierto, está perfectamente abotonado. Me pregunto si no le molestará tenerlo hasta arriba del cuello.
-¿Qué planeas hacer después de que el verano acabe?
-Iré a la universidad de Carolina del norte en Charlotte.- Asiente, interesado en mi respuesta.- ¿Y tú?
-Universidad de Nueva York.- Trato de calcular cuán lejos se irá. Unas diez horas en auto... por un momento me causa cierto engorro que no esté a menos distancia.- Tengo familia allí así que...
-Oh, eso es fabuloso.- Animo.
Una mesera se acerca con una sonrisa amable y se pone a un costado de nuestra mesa. Según su aspecto, puedo decir que su edad ronda entre los treinta.
-Buenas noches, ¿Qué van a pedir?
Brian inmediatamente dirige sus ojos a mí, incitándome a hablar primero como caballero que es. Dudosa, miro el menú que tengo en frente y para no tardar más de la cuenta, pido lo primero que considero sabroso.
-Tacos de pollo y vegetales.- Asiente, supongo que anotando mentalmente mi orden. Mira a Brian.
-Un burrito de carne.
-Su pedido estará en unos pocos minutos.
Pregunta si queremos algo más y, al vernos negar, se gira y desaparece.
-¿En serio crees que solo tarden unos minutos o es una forma que tiene para manipular la mente del cliente y evitar que se vuelva impaciente?- Inquiero. Realmente me entró esa duda pues nunca había estado en este restaurante específicamente y no sé cómo es su servicio. Me suena lógico que sea una manera de tranquilizar la espera de los comensales ya que así, la mente de estos estará distraída con los adornos pintorescos del lugar y al momento en que la comida llegué, pensarán que tardó menos minutos de lo que en realidad llevó prepararlo. Eso lleva a una buena puntuación en internet y atraerá más clientes.
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Bésame, ódiame
RomanceZackarias Craig... un sueño andante. Dientes perfectos, sonrisa seductora, ojos de color dulce pero intenciones oscuras, cuerpo para infartarse. Me propuse no dejarlo complicar mi vida. Pero él está hecho a la medida exacta para arruinar mis planes...