Los dedos de mi madre acariciando las hebras de mi cabello rojizo, me hacen cerrar los ojos y disfrutar de la sensación. Sensación que disminuye al menos un poco el dolor de mi pecho. Aunque ella no tiene idea de lo que sucedió en esa madrugada del sábado. Ni mi padre.
Solo mi hermano y yo sabemos la verdadera razón por la que Zackarias dejó la ciudad para ir a la universidad unos días antes de lo que debería -Cabe destacar que tengo esta información porque mi madre lo llamó para saber cómo se encontraba y cuando lo invitó a cenar a casa porque veía que Peter no lo hacía, él le contó aquello-. Solo nosotros sabemos la razón por la que, cuando mis padres llegaron dos horas después del caos, había pequeñas gotas de sangre en el suelo. Y solo nosotros sabemos la razón de nuestra depresión y enojo.
Él, perdió a su mejor amigo. Algo por lo que, cada vez que lo veo a los ojos, me siento culpable. Y aunque mi hermano no me haya dicho nada de eso, percibo cierto recelo.
Yo, perdí a quién pensé que amaba. Nunca habían roto mi corazón y, sinceramente, no se lo recomiendo a nadie. Estaba mejor sin enamorarme.
—Te ha crecido rápido el cabello este verano.- Comenta. Abro mis ojos, saliendo de la nube de pensamientos. Doy un asentimiento lento, sin importarme realmente. Se inclina para depositarme un beso en la nuca, lo cual me hace contener un nudo en mi garganta—. Haré la cena. Mejor dicho, la calentaré.
Vuelvo a asentir, ella va hacia la cocina y yo quedo en la sala, sentada en el diván con mi mirada perdida en algún punto. Hace pocos días todo fue caótico. Y mañana no estaré en casa, pues estaré viviendo en la universidad junto con Camille. Ya hice mis maletas. Esa tarea me ayudó a despejarme un poco. Aunque su rostro estúpidamente perfecto aparece una y otra vez en mi mente cuando menos me lo espero y cuánto menos lo quiero.
Lo peor de todo es que lo extraño. Incluso aunque me haya hecho sufrir, ansío verlo, ansío escucharlo o tocarlo. Toda mi sensatez me grita que me detenga, pero hay algo más fuerte que me hace desear que él este frente a mí aunque aún esté cabreada y desilusionada.
Me pongo de pie, deambulo por mi hogar entre nerviosa, ansiosa y fastidiada. Termino en la cocina, frente al ventanal que da hacia el patio trasero. Allí, para colmo, mis ojos localizan a Destructor jugueteando y ladrando a unas mariposas que intentan escapar de sus garras. Ese animal me dirige directamente a recordar a la persona que quiero olvidar. Es igual de revoltoso que él. Igual de bestia que él. Igual de destructivo que él.
Suelto un suspiro exhausto, cruzando mis brazos por delante de mi pecho.
—¿Qué sucede, cariño? —Inquiere mi madre, acercándose a mí después de poner la comida en el microondas. Debió haber oído mi resoplido. Tengo que desahogarme, necesito contarle el motivo de la culpa que siento.
—Fui yo, mamá.
Se confunde.
—¿El que fuiste tú?
—Soy la razón por la que Zack y Peter no se hablan.
Es su turno de suspirar.
—Lo sé.
Abro mis ojos como platos.
—¿Peter te ha contado...?
—No, me di cuenta yo sola. —La miro con extrañeza. O mi madre tiene la bola mágica o soy muy obvia a la hora de ocultar cosas—. Para mi era cuestión de tiempo que ustedes dos..., Zack y tú, terminaran sintiendo algo el uno por el otro.
Se equivoca, en este caso la única que terminó sintiendo amor y después desilusión fui yo.
Eso no voy a decírselo.
—Pero...
—Zack te mira de una forma especial, ¿No te habías dado cuenta de eso? Porque yo sí, hace rato. Desde que eran pequeños y se molestaban el uno al otro todo el tiempo.
Fue una ilusión suya, él dejó en claro que no me mira de ninguna manera especial. Que solo queria sexo y yo se lo di. Tuvo la oportunidad de confesarme sus sentimientos pero no lo hizo. Porque evidentemente, no hay nada allí para mi.
Trago saliva y miro mis manos. Jugueteo con mis dedos un tiempo.
—Como sea, este verano no fue tan bueno como esperaba. —Confieso. No la miro pero siento que pone una mano sobre mi hombro y me contempla.
—Verás que la universidad sí lo será.
Alzo mis ojos hacia ella. Los suyos verdosos me irradian tranquilidad y, por un momento, hacen que crea sus palabras.
Y espero, con todas mis fuerzas que así sea.
Pero para que eso suceda, tendré que quitar a Zack de mi cabeza.
Tendré que evitar encontrarlo aunque, al contrario, desee buscarlo, pues iremos a la misma universidad. Tendré que escapar de sus ojos. De sus manos. Y de los sentimientos que todavía siguen haciendo estragos en mi pecho cada vez que lo nombro.
Tendré que enterrarlo. Y, si alguna vez llega a reconciliarse con Peter, deberé entender que para mí él ya no existe.
..............
...Y ese fue el final...
Igualmente, no me maten porque...
¡Habrá un segundo libro de la historia!
Si, una segunda parte que subiré si esta tiene más apoyo y si sé que realmente les está gustando la historia tanto como a mí.
En fin, cuídense mucho y, seguramente nos volveremos a encontrar con más historias (en las que estoy trabajando porque no puedo estar quieta ni un segundo) y con más sobre Zack y Lilly.
XOXO!
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Bésame, ódiame
RomanceZackarias Craig... un sueño andante. Dientes perfectos, sonrisa seductora, ojos de color dulce pero intenciones oscuras, cuerpo para infartarse. Me propuse no dejarlo complicar mi vida. Pero él está hecho a la medida exacta para arruinar mis planes...