Semidiosa en Hogwarts (James S. Potter y tú)

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— ¿Alexa...? — Una voz dulce habló, Alexa enfocó su vista y pudo ver que además de todo el escenario negro que veía una chica se encontraba en el medio tendría unos doce años, vestía con prendas plateadas, marrones y verdes, tenía una trenza hecha y una diadema color plata, su cara se le hacia realmente familiar.

Después de ver su muerte en sueños, puede que sea normal que se le haga.

— ¿Bianca..?

La chica asintió. — No tengo mucho tiempo, Alexa, tienes que escucharme: Alexa, mamá está orgullosa de ti, y yo también, no te comas más la cabeza, Nico también te busca desde hace mucho tiempo, no se ha olvidado de ti, quiero que lo encuentres, tiempos difíciles se acercan, como te dijo Hades... Alexa, ve al campamento mestizo, ve...

Su imagen desapareció.

Los ojos de Alexa se abrieron de golpe, viendo la cara de James a unos escasos centímetros de ella, los ojos verdes de este la miraban con preocupación.

— ¿Quello che è successo...? — Preguntó Alexa confundida, estaba tumbada en el suelo.

— Alexa, no podemos entenderte...

— Perdón... ¿Qué... qué ha pasado?

— Por el santo Merlín que susto nos has dado. — James fue a abrazarla, pero paró al instante cuando se dio cuenta de sus propias intenciones. — Tocaste la estatua de Hades, empezaste a murmurar cosas, estabas más pálida de lo normal y no me contestabas así que te tumbé por si acaso...

— Estás... muy cerca.

— Perdón. — Se quitó de encima suya y se levantó, le extendió la mano a Alexa para ayudarla peor esta se levantó sola.

— Creo que me dio una bajada de tensión o algo así... Mejor volvamos al hotel, mañana seguimos.

Todos asintieron, Alexa preguntó a la persona más cercana cómo volver y tras escuchar sus indicaciones así lo hicieron.

[(...)]

Todos se encontraban desayunando al día siguiente, Alexa estaba sentada junto a Albus, Skyler y Scorpius y les contaba en susurros lo que había ocurrido la noche anterior, tenía una nueva pista sobre su hermano, puede que el chico del espejo le conociera puesto que en su camiseta estaba escrito "campamento mestizo" lo mismo que le dijo Bianca.

Estaba feliz, y se notaba en el pequeño brillo de esperanzas que había ese día en sus ojos.

— Hemos alquilado un barco por hoy, para la sorpresa de todos este año no hace frío en navidad aquí. A las once y media salimos así que tenéis tres horas para comprar bañadores.