Semidiosa en Hogwarts (James S. Potter y tú)

28

— Di Angelo, siento decepcionarte de esta manera con esa absurda mentira, pero si te hubiera visto desnuda, créeme, me acordaría.

Alexia rodó los ojos. — No digas tonterías Sirius. — Murmuró, y antes de que pudiera decir nada más Lily Luna entró ilusionada a la habitación.

— ¡James! ¡James! ¡Unos amigos magos de papá y mamá tienen una casa con jardín en Grecia y vamos a ir a jugar quidditch?

James sonrió. — ¡Genial! Nos preparamos y bajamos a desayunar con vosotros para después irnos, ¿vale?

Lily asintió y se fue, entonces, sin decir nada Alexia cogió un par de cosas y entró al baño sin emitir un solo sonido.

Al poco tiempo salió completamente lista, y, como era de esperar con Alexia Di Angelo, completamente de negro.

James no dijo nada y entró al baño también, él tardó incluso menos que ella, y salió ya listo a los pocos minutos.

— Vamos a desayunar. — Dijo él, Alexia se limitó a asentir, y bajaron al comedor, donde el resto de la familia de James les esperaba.

— ¡Buenos días! — Saludó Teddy Lupin mientras ambos chicos se sentaban, James en frente y Alexia al lado del peliazul.

[(...)]

Se encontraban en el jardín de una enorme casa James, Fred y Lily estaban jugando junto a Ginny y Harry Potter al quidditch. Scorpius, Albus y Skyler charlaban junto a los demás dentro de la casa. Mientras que Alexia se encontraba sentada fuera, viendo cómo jugaban al quidditch.

Teddy se sentó a su lado. — ¿No quieres jugar?

Ella negó con la cabeza. — Es peligroso.

— ¿Por caerte de la escoba?

— No, porque soy hija de Hades. Zeus intentaría matarme si volara, ni siquiera se por qué estoy viva aún, después de todo estoy en Grecia, he montado en avión y en barco, y soy hija de uno de los tres grandes. — Suspiró.

— ¿Y eso es malo?

Se encogió de hombros. — Se supone que Hades, Poseidón y Zeus hicieron la promesa de no tener más hijos. Probablemente ninguno lo cumplió pero eso no quita que nos quieran muertos.

— Vaya, y... El otro día te vi con una espada y eso, eh-

— Es verdad, tengo que conseguirte un arma, Teddy. Por si acaso, ya sabes.

Teddy asintió, y antes de que dijera algo escuchó la voz de James gritándole a su hermana.

Lily ya había bajado de la escoba, y se encontraba caminando hacia la casa, sin embargo, una de las pelotas que utilizaban en quidditch parecía descontrolada, y se dirigía directa a Lily Luna Potter. James trataba de advertirla, pero estaba demasiado lejos para llegar a ayudarla.

Alexia desapareció entre las sombras, y en cuestión de segundos reapareció delante de Lily, cogiendo, con algo de esfuerzo, la bola al aire.

— Merda. — Murmuró la joven en italiano mientras trataba que la bola dejara de moverse, al poco tiempo lo consiguió, y la dejó en el suelo suspirando. — ¿Estás bien? — Se giró hacia la pelirroja.

Lily, perpleja, asintió. — Gracias. — Susurró.

Ginny y Harry Potter fueron rápidamente hasta las dos jóvenes. — ¿Estáis bien? — Preguntó rápidamente Ginny, y ambas chicas asintieron. — Oh, Merlín, gracias, gracias, Alexia.

— No es nada. — Murmuró la Slytherin.

[(...)]

Después de aquel incidente, todos habían decidido entrar a la casa, menos Alexia y James, que aún seguían en el jardín.

La slytherin se encontraba sentada bajo la sombra de un árbol, y el gryffindor volaba por la zona.

— Hey, Di Angelo.

Ella levantó la cabeza para mirarle, ahora se encontraba en escoba en frente suya. — ¿Hm?

— ¿Cómo lo has hecho?

— ¿Hacer qué?

— Antes, has parado la bola, lo cual te agradezco porque podría haberle dado a Lily en la cabeza, y... Gracias.

— De nada.

— Pero, estabas lejos de ella, y de repente has aparecido delante... ¿cómo?

— No sé de que me hablas Sirius.

— Oh, venga, no me mientas con esto Di Angelo, es por mi hermana. — Se baja de la escoba y se agacha a su nivel, quedando cara a cara.

Alexia le miró sin decir nada por unos segundos. — Por una vez, Potter, deja de intentar saber todo de todos, y siéntate.

Era irónico que fuera Alexia quien le decía eso, pues ella siempre necesitaba tener todo bajo control, sin embargo, James suspiró y dejó la escoba a un lado. — Bien. — Murmuró y se sentó junto a ella.

Hubo un momento de silencio hasta que Alexia lo rompió: — Sirius. — Le llamó. — Si tuvieras que encontrar a alguien que no ves en mucho tiempo, ¿cómo lo harías?