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A la mañana siguiente, James se despertó al notar que el contacto de una fría piel. Le dolía la cabeza a horrores y lo último que pensaba era en quién se encontraba a su lado, sin embargo, la mirar hacia su derecha pudo ver a Alexia dormida a su lado, dormía con el ceño ligeramente fruncido, cosa que divirtió al gryffindor.

Alexia Di Angelo parecía malhumorada hasta dormida.

Le apartó un mechón de pelo que cubría parte de su cara con suavidad temiendo despertarla y se levantó con cuidado. Buscando algo que calmara ese horrible dolor de cabeza que sufría.

Cuando encontró una pastilla para eso, se la tomó con algo de agua fácilmente y volvió a girarse hacia Alexia.

La miró durante unos instantes cuando se percató de que empezaba a moverse, murmurando cosas en un idioma que no lograba entender.

Se acercó y le tocó el abrazo temiendo ligeramente ganarse un puñetazo, ¿o ya se lo había ganado al dormir con ella?

Entonces se percató por primera vez en la mañana: Había dormido con Alexia Di Angelo. Con su enemiga. Con la chica que se suponía que odiaba.

¿Por qué?

Susurraban los pensamientos de James en su mente.

— Alexia. — La llamó, suponiendo que la chica no estaba teniendo un buen sueño, dado que parecía alterada hablando y moviéndose constantemente. — Di Angelo, despierta.

La chica abrió los ojos, asustada y miró a James respirando con dificultad.

Él le devolvió la mirada manteniéndose en silencio, diciéndole en el silencio, con su mirada, que todo estaba bien.

Sin embargo, James Sirius Potter no podía dejar de pensar en una cosa: ¿por qué había dormido con Alexia Di Angelo?

Su mente estaba en blanco, y no entendía cómo y porqué había llegado a esa situación.

— Potter. — Susurró Alexia y se incorporó. — Mira, ayer, eh, lo que viste, no... no-

Ella seguía susurrando, no me salía la voz después de aquel mal sueño, James frunció el ceño. — ¿Ayer? ¿Qué pasó ayer?

El desconcierto de James hizo que Alexia comprendiera que no se acordaba de nada, y que ella había alimentado su curiosidad al decir aquella frase. — Tú, eh, tú... Me viste desnuda. — Mintió y no pudo evitar ponerse ligeramente roja por haber tenido que decir aquello.

James soltó una sonora carcajada y negó con la cabeza divertido, definitivamente, si aquello fuera cierto, se acordaría.

Semidiosa en Hogwarts (James S. Potter y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora