Capítulo nueve

370 62 16
                                    

Jennie

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Jennie

Parecía mentira que hubiera pasado ya una semana desde que empecé a trabajar para Sujin. Cada vez me sentía más cómoda con ella y cada vez me sorprendía con cada una de sus acciones. En verdad el señor Kim había hecho un gran trabajo con ella a pesar de su corta edad para ser un padre responsable. Los había incluso mucho mayores que aún no conocían el significado de lo que eso significaba.

Realmente había estado pensando en la relación que habíamos entablando últimamente. Primero aquél paseo que dimos en la playa. Fue agradable. La conversación para mí fue espontánea y hasta me hizo reír. No había pensado que tendría una hermosa relación con los progenitores del niño o niña que iba a cuidar; nunca me había pasado antes. Los últimos niños que cuidé sus padres estaban ocupados casi las veinticuatro horas del día y solo daban instrucciones. No tenían tiempo siquiera para compartir con sus hijos y eso era muy triste. La última conversación que había tenido con el señor Kim había sido antes de ayer en la noche mientras disfrutaba de mi ramen. Estaba segura de que ya todos estaban durmiendo así que estaba comiendo despreocupadamente del ramen hasta que apareció en la cocina. Pareció sorprendido al verme tanto como yo lo estuve al verlo.

— Am...creí que se había ido a dormir, señor Kim — dije.

— Estaba trabajando y vine a por un poco de agua — dijo él mirando mi tazón de ramen. Esperé a que hiciera un comentario no muy agradable al respecto pero solo dijo — no...sabía que teníamos de eso aquí.

Miré mi tazón y después lo miré a él. No parecía ese molesto.

— ¿Quiere que le preparare uno?

— ¿No será mucha molestia?

Negué con la cabeza mientras me levantaba. Abrí la estantería donde había ocultado los demás tazones por si resultaba ser un crimen tenerlos en la casa. Cogí uno y lo prepararé para después ponerlo frente a él. Se sentó para comer.

— Creí que no le gustaba — confesé mientras removía lo que quedaba de mi tazón — es la primera casa en Corea en donde no guardan fideos instantáneos.

— La verdad es que se me hace difícil a veces darme algunos gustos. Siempre estoy ocupado.

Sonreí. No era para menos; debía lidiar con su trabajo y su hija. También con su familia. En realidad le admiraba mucho; con el paso de los días me daba cuenta de lo grandioso que era y lo mucho que se esforzaba para ser un padre que se involucraba al cien por ciento en la vida de su hija sin desatender su trabajo en la empresa. Era asombroso.

— Sujin es una niña afortunada al tenerlo como padre — le dije con sinceridad — creo que podrá enfrentar el mundo perfectamente sin necesidad de una madre. Está haciendo un gran trabajo señor Kim.

Él sonrió cuando levanté mi pulgar al estilo Sujin.

— Creo que también debo darte las gracias.

Sure It's You {taennie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora