Capítulo 26

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veintiséis.

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Un beso, una maldición.


Luna.

Tal vez me acuerde de este momento y me diga: Luna, lograste sobrellevarlo. Tal vez evoque cómo fue el instante en que salí del recuerdo, sentir la sensación de zozobra, la confusión, tan palpable como la ceda mojada. Eran circunstancias que te dejaban imposibilitado. ¿Cómo reaccionas a una noticia de ese modo? Yo, que apenas podía procesar una información por minuto, había descubierto que era médium, y por medio de un fantasma. Y según él, una especial. Ahora aunémosle el hecho de que supe que Luv era Lucas, mi mejor amigo, aquel que creí muerto por muchos años, aquella cuya perdida se volvió mi maldición y martirio. A parte de ello, agregándole que probablemente ellos no sean lo que yo pensaba. Era cuestión de segundos para que por fin perdiese la cordura.

Y es que no entendía cómo no había terminado en un psiquiátrico especializado. Aún.

Desperté. Con los latidos desbordados y los ojos ardiéndome en lágrimas retenidas. Un corazón magullado por las heridas expuestas.

Me incorporé creyendo que sentaría cabeza, creyendo que solo así podía maquinar mejor lo que unos minutos atrás había vivido. Una experiencia realmente arrebatadora.

Un mareo me abordó, dándole paso a la visión de ellos tres, abrazados, refugiándose como una capa protectora indestructible. Los hombres de negro los iban a matar, tan jóvenes, tan inocentes. Tres almas ajenas, sentenciadas a una catástrofe. Solo por suponer. Porque esos hombres suponían que ellos eran un peligro, tal como lo hacemos nosotras. Tal como lo hace todo el mundo. Habían dicho que uno de ellos era el inestable, y supe al instante quien lo era. Había sido como una cosquilla indeseada, y luego estaba él al frente de mí. Todo empezaba a encajar.

Luv... Luv era el inestable. No era difícil adivinar. Las piezas calzaban.

Las pruebas se mostraban claras. Tan claras que no parecían reales. No para mí. Porque todavía, después de tanto, no he podido superarlo.

Él es el líder. Él es el superior. Él es intocable. Él sabe que tiene el poder, incluso fuera de Gurwell.

Ellos, son GES. Y los GES, son sobrenaturales. Ahora es visible, ahora lo entiendo. Por eso no hay rastros, ni pruebas, no hay nada, porque ellos son distintos al resto. Un chasquido de realidad. Tan innegable como destructivo.

Esa vez que me enfrenté con Luv, le había dicho que era un chico GES, no lo negó, solo se rio, pretendiendo aligerar el problema. Sin embargo, en sus ojos había la afirmación.

Primera advertencia. No la vi.

En la cueva, cuando tuve aquel sueño extraño y salí corriendo, me lo encontré. Esa noche ellos se habían hecho cargo de los infiltrados. Las chicas dijeron que era extraño que lo hiciesen, y ahora que sé esto puedo asegurar que esos hombres eran cazadores y no personas maliciosas que pretendían robar el instituto. Por eso ellos estaban allí, sabían que venían por el inestable, Luv. No podían permitir perder a su líder. Y justo como había dicho aquel hombre, venían por Luv Kuznetsov. Tal cual como sucedió hace unos años.

Segunda advertencia. Tampoco la vi.

Siempre los persiguen.

Los buscan.

Perfectamente Imperfecto © | Libro 1 [GES] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora