Estaba casi muriendo de sueño en el aeropuerto por el poco tiempo que pude dormir la noche anterior gracias a mi mejor amiga que me había mantenido despierta contándole una y otra vez mi cita con Dean.
-¡Espera! ¿Qué hacía él ahí? -había preguntado Elizabeth tras la tercera vez que le contaba la historia a detalle.
-De nuevo, no se, -me moría de sueño pero ella no parecía ceder pronto.
-Es todo que me parece tan extraño...
La había mirado con ojos fulminantes antes de finalmente cubrirme de pies a cabeza con la sabana esperando que de ese modo entendiera que quería dormir, -solo... ¿podrías contarme una vez más?
-Elizabeth -había gruñido
-Cuéntamelo como si fuera un cuento para dormir -su voz había sido como la de una niña pequeña y me insistió varias veces para hacerlo. La primera vez que lo había contando yo también estaba emocionada pero después de la segunda vez ya comenzaba a cansarme.
Ahora estaba comenzando a cerrar los ojos mientras mi amiga esperaba ansiosa en un asiento del aeropuerto, no entendía como es que ella estaba perfectamente si había dormido lo mismo que yo -claro que ella no había madrugado ni caminado tanto como yo-, incluso mi hermano estaba ansioso casi saltando de alegría a pesar de ser el que menos había dormido por terminar de arreglar un par de cosas.
Cuando Bennet por fin bajó por las escaleras eléctricas los dos chicos a mis lados se levantaron de golpe gritando el nombre del recién llegado, quien, al ver a los otros dos, abrió los ojos enormemente y se acercó a mi con rapidez ignorando a los otros dos, -hola Emily -dijo calmadamente.
-Hola -me levanté y acerqué más a él para abrazarlo.
El chico llevaba una gran maleta azul con ruedas y estaba posiblemente un par de centímetros más altos, a penas comenzaba a ser ligeramente más alto que yo.
-¿Qué hay de nosotros? -gritó mi amiga cruzándose de brazos-, ella ni siquiera estaba completamente despierta cuando bajaste.
-Estoy algo cansado por el viaje, lo siento -Bennet se acercó a Elizabeth para abrazarse. Cuando se acercó a mi hermano se detuvo en seco y se volteó hacia mi, -debemos irnos rápido, en mi vuelo también venían David y compañía.
-¿Te vieron? -preguntó Elizabeth.
-No, me encontré primero a Alejandra y ella los mantuvo todo el tiempo sin mirar hacia mi asiento y ahora nos está dando un par de minutos para irnos.
-Matthew, trae la maleta de Bennet -dijo Elizabeth chasqueando los dedos.
Mi hermano soltó un suspiro y después jaló de la maleta de Bennet que por la expresión de su rostro pude deducir era pesada y a pesar de tener ruedas no era tarea fácil jalar de ella. Cuando le preguntamos al chico que cargaba en su mochila el sólo dijo, -algo de ropa.
Luego de subir la maleta en la camioneta rentada por mi hermano todos nos subimos en ella y antes de empezar a avanzar vimos salir a todos los chicos con sus maletas, para nuestra suerte no nos alcanzaron a ver y pudimos irnos tranquilamente, a excepción de mis nerviosos pensamientos que no me dejaban tranquila.
-¿Qué tal el fin de semana con tus abuelos? -preguntó mi mejor amiga para romper la tensión.
Bennet sonrió ante la pregunta, -bien, tenía un largo tiempo que no veía a mis primos, aunque no son mi familia directa me tratan como si lo fuera... y me presentaron a un chico.
La camioneta frenó y volvió a acelerar, todos miramos a mi hermano pero fue Elizabeth la que habló primero nuevamente, -¿por qué?
-Porque todos quieren agregarlo a la familia, ya saben, con una boda ya que es buen amigo de muchos de mis primos. -Comentó con mucha naturalidad-, seguramente te cae muy bien, Emily.
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Del odio al amor hay un solo verano
RomanceEmily Aston es una chica de 17 años que pertenece a una familia que ha sido rica por generaciones, su hermano está a punto de casarse con una muy linda chica, y pasará todo el verano en eventos relacionados con la boda, el único problema es el moles...