Del odio al amor hay un solo verano

18. Aloha

-Aloha, sean bienvenidos al Hawaii Resort, -dijeron en la recepción repitiendo lo mismo que dijeron en la entra y en la recepción.

-Disculpe, tenemos una reservación a nombre "Aston-Brown" -indicó el Sr. Brown siendo el que estaba hasta el frente.

-Si, piso seis habitación de la 13A a la 16 A -dijo al mismo tiempo que nos entregaba las llaves de dichas habitaciones.

-Esperen... Solo son cuatro habitaciones... -dijo Dean-, una para los señores Aston, otra para Elizabeth y la otra, -hice una mueca-, una para ustedes y la cuarta para mi hermana y su prometido... ¿Dónde nos quedaremos Alex y yo?

-Como ya te habíamos dicho hijo, nadie sabía que ella vendría, tu te ibas a quedar con nosotros -le explicó su madre.

-No se preocupen, Elizabeth tiene la solución -dijo mi amiga colándose hasta el frente-, Alex se tendrá que regresar. 

-Elizabeth... -mi madre la reprendió como si fuera también su hija.

-Bien, bien. -Rodó los ojos-, Emily y yo cambiaremos de habitación con los señores Brown así la habitación para tres queda libre para cuando Bennet llegué en tres días.

-Buena idea pero eso no responde a dónde se quedarán Dean y Alex.

-Dije que tenía una solución, nunca que tenía la solución  para ese problema... -se defendió mi amiga alzando las manos.

Todos -al menos los adultos- se pusieron a pensar en una forma para que todos tuvieran una habitación y una manera de acomodarnos ya que dejar a Alex con Dean no sonaba como algo muy tentador para ellos aunque al ver la gran hostilidad entre ella y Elizabeth no se iban a arriesgar a ponerlas en una habitación por dos semanas.

-Bien, no queda de otra manera, será como Elizabeth dijo y tendremos que rentar otra habitación para dos -dijo mi padre-, pero con otra acomodación, Dean se quedará con Matt y Alex con Natalie, están por casarse pero no queremos amonestaciones por ruido.

Todos asentimos un poco cansados, mi mejor amiga y yo nos subimos a nuestra habitación mientrás los demás se quedaban en la recepción para rentar la otra habitación. Solo esperaban a que dijeran cual sería la otra habitación para que los empleados subieran las maletas.

La habitación era bastante amplia con paredes blancas y tres camas individuales del lado izquierdo, la mitad de la pared del lado derecho era un armario, al fondo a la derecha un baño con jacuzzi -también muy grande- y al fondo un balcón con vista a la playa con tres sillas en el mismo. Los mejores toques era probablemente la mesa con tres asientos, la televisión empotrada en la pared, los burós entre las camas y el gran tocador con espejo en el baño.

-¡Si que es lindo! 

-El nuestro era igual pero con una cama menos, pero sí, es muy lindo -concordé con ella.

-Yo pido la cama más cerca de la puerta -gritó poniendo sus cosas en dicha cama.

-¿Por qué? Creí que querrías la vista de la ventana.

-No, así seré yo quien siempre abra la puerta, ¿viste a esos empleados? ¡dios, son hermosos! -exclamó haciendo un gesto con el rostro que me hizo reír mucho-, oh, no finjas que no es cierto, pediré mucho servicio al cuarto y será más fácil abrirles la puerta de este modo.

Rodé los ojos ante la idea de mía amiga, tenía que aceptarlo, eran muy atractivos los hawaianos, en especial los que estaban sin camisa en la entrada y vaya que me afectaba pasar mucho tiempo con mi amiga.

Al menos pudimos hablar en el taxi de camino al hotel, no sabía que su anterior novio la había dejado por Alex, solo que la había engañado. Lo de sus padres fue algo que si me había mencionado pero no como tal, solo había dicho que estaría sola el verano hasta la boda.