Del odio al amor hay un solo verano

28. El gran día

Por fin había llegado, el momento que todos habían estado esperando, a pesar de que no era como nosotros lo hicimos, sentíamos alivio de que fuera el gran día.

Mis padres nos mostraron el día de ayer las invitaciones reales donde anunciaban la doble renovación de votos, que era la que habían enviado a todas las personas en lugar de la falsa que nos habían mostrado con los nombres de mi hermano y Natalie. Nos explicaron que al principio querían contarnos a Dean y a mi todo el asunto sobre nuestros hermanos, pero como ellos sabían que nos contaron sobre ellos, decidieron que sería mejor para que lo creyeran más fácil.

Pero hoy, nada de eso importaba. Todos estábamos emocionados y algo nerviosos por el gran evento.

Y otra parte de la gran mentira era que no serían dos ceremonias, mencionar la iglesia era solo para agregar más presión al asunto. Hoy vendrá un ministro que oficie sus votos y después habrá una recepción en el gran salón del hotel (el más grande de los tres y que ninguno había visto aún).

-Lamentamos que no invitáramos a tus padres, Bennet. Es que no te conocíamos antes de todo esto -dijo mi madre. Había venido a vernos antes de arreglarse para asegurarse de que todo estaba bien.

Elizabeth y yo miramos a mi madre en señal de que cambiara el tema, pero el chico respondió antes de que nos entendiera.

-Mis padres, murieron cuando era pequeño... -dijo con una sonrisa triste-, pero está bien, mis abuelos son muy buenos, y de hecho si los invitó.

-¿Los conozco? -preguntó mi madre, hasta el momento ninguno había sido suficientemente curioso como para preguntar.

-Eso creo, mi apellido de nacimiento era Roberts, pero mis abuelos lo cambiaron por el suyo. -Explicó-, así que mi nombre es Bennet Vanderbit.

Mi madre palideció de sorpresa. Todos nos acercamos más a ella para asegurarnos de que estuviera bien.

-¿Eres el nieto de los Vanderbit? ¿Su único heredero?

-Eso creo... Aunque tengo muchos primos, incluso varios cuyo apellido era de nacimiento Vanderbit, no creo ser el único.

El chico rió levemente mientras que mi madre salió del cuarto sin decir palabra.

Los tres nos quedamos viendo a la puerta confundidos, después nos miramos entre nosotros y al agacharnos de hombros entendimos que ninguno sabía que era lo que acaba de pasar. Creía haber escuchado algo de los Vanderbit pero no recordaba claramente que era, solo estaba segura de que no era nada parecido a la enemistad con los Maser.

-Olvidemos ese extraño momento y comencemos a arreglarnos para esto -Elizabeth se levantó de la cama llena de energía y se acercó hasta el vestido que había elegido desde hace semanas solo para la boda.

-Esperemos todo salga mejor que ayer, -Bennet buscó su traje blanco que había colgado en el armario.

-¿Quién diría que nos encontraríamos a Sam y Dean trataría de golpearlo? -yo me acerqué al lado de Bennet para descolgar el vestido que había comprado para este día.

-Lo mejor de todo fue cuando Dani vino y casi te golpea.

Bennet bufó, -menos mal que Alex tenía más ganas de golpearla que tú.

-Solo agradezco que Big Jimmy estuviera ahí para separarlos a todos... -dije recordando lo que había sucedido el día anterior durante el desayuno-, aún no entiendo como pudo cargar a amabas chicas y separar a ambos chicos. Eso debería estar en el libro Guinnes.

Elizabeth se acercó al chico por detrás apretándole el trasero, -algo que también debería estar entre esos récords son tú y Matt, no los pudimos encontrar en todo el día.