11. Cáncer

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Hoy es el evento social en el que mi hermano se "presentará" ante la sociedad con su prometida y mañana será el segundo desayuno. Después de mañana no habrá más eventos prenupciales hasta que tengamos que ir a la boda por el civil en la playa, evento que espero con ansías.

Esta cena podría decirse que sería como las anteriores con la única excepción de que no estaremos rodeados por familia si no que serán amigos y otras personas que tal vez no conozcamos pero cuya opinión lo es todo en estos círculos sociales, se podría decir que de ésta noche depende si el matrimonio será uno bueno o no.

Se que suena algo muy absurdo y cliché de una película pero la sociedad en efecto funciona así y a pesar de que era un asco, todos estamos muy metidos en eso que resulta imposible salirnos cuando queramos.

Será un evento de caridad por el cáncer, posiblemente la mayor parte de las personas irían más por "la publicidad" que se hacen ellas mismas y no por la verdadera causa.

Para éste tipo de eventos no me gustaba arreglarme mucho ya que iba por la caridad y no por lo que los demás puedan decir de mi como que soy una egoísta que nunca piensa en los demás.

Todos estamos un poco nerviosos al respecto, aunque todos por razones diferentes; mi padre por todo lo que deberá donar, mi madre por lo que dirán las personas sobre el compromiso, los Browns básicamente por lo mismo que mis padres, mi hermano porque posiblemente estará Bennet en la cena y no puede evitar sentirse mal por "casi desvirginizarlo", Natalie casi por lo mismo que mi hermano. Y yo, porque estaré cerca de Dean y no se si podré controlarme.

Pero que absurdo, claro que podría, no siento nada por el.

¿O si?

No, eso no podía ser, aún seguía herída por lo de David... Cierto, había olvidado eso, el probablemente también vaya.

A pesar de no ir tan elegante como para otras ocasiones no iba tan desarreglada pues igual llevaba un vestido azul.

Mi hermano y yo íbamos en su auto camino a la gala que sería en el centro de la ciudad.

-¿Nervioso? -le pregunté.

-Mucho... -contestó, los nervios se notaban en su voz y su rostro que se veía muy tenso.

-¿Por qué? nunca te importo mucho lo que dijeran las personas. -Dije más curiosa de lo que debería.

-Porque mi matrimonio depende de ello.

-¿Sabes? eso es totalmente absurdo, solo porque todos digan algo no significa que sea cierto, eso va a depender de ti y de lo que tu creas y sientas.

-¿Cuándo te volviste tan sabía? -me preguntó sin dejar de ver el camino.

-Siempre lo eh sido -dije sonando muy segura de mi misma.

-¿El incidente de la pintura hace tres años?

-¡Tenía que hacerlo! -grité en mi defensa-, además, eso no tiene nada que ver con ser sabía.

-De hecho si, ser sabio implica tomar buenas decisiones también -me dijo sonando muy cabezota.

-Eso no es cierto, solo depende de como lo veas.

Luego de eso nos sumimos en un largo silencio. Odiaba tener tantas anécdotas graciosas y que todos lo recordarán, es como si no tuvieran nada mejor que hacer más que registrar toda mi vida para molestarme después.

No tardamos mucho en llegar al lugar de la cena pero aún así nos quedamos un momento dentro del auto, -¿Estas lista?- me preguntó mi hermano.

-Creo que soy yo quien debería preguntártelo -le dije con una sonrisa.

Del odio al amor hay un solo veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora