19. ¿Dónde estamos?

13.3K 449 17
                                    

No tenía gran idea de que era lo que Dean tenía planeado así que traté de buscar un atuendo que quedara para cualquier ocasión, lo cual era un conjunto de safari como los que usan en las películas cuando van a África, y una cola de caballo alta.

A las seis de la mañana recibí un mensaje del castaño diciéndo que saldríamos a las siete de la mañana y debía decir que el cambio de horario no era algo que me estuviera facilitando despertarme temprano, y como soy una buena amiga me arreglé haciendo el menor ruido posible para que Elizabeth pudiera seguir durmiendo sin preocupaciones. Igual probablemente se enojaría conmigo por irme sin decir nada pero se tanto de esto como ella.

Mentiría si dijera que no tengo nervios porque la verdad era que las rodillas me estaban temblando, era la segunda vez que tendría una cita oficial con Dean desde aquel fiasco del carnaval donde terminé lléndome con John Maser, solo esperaba que esta no terminara igual.

Aún recuerdo perfectamente la noche anterior, cada palabra exacta que me dijo mientrás me miraba con sus profundos ojos verdes. Sabía con seguridad que yo no lo amaba -¿y cómo hacerlo después de que lo odié casi toda la secundaria?- pero el estaba convencido de amarme a mi, lo cual me llevaba a la pregunta que más había rondado por mi cabeza esta mañana.

¿Por qué si estaba enamorado de mi se acostaba con todo el colegio en vez de tratar de que saliera con él? y sus múltiples piropos no contaban como un intento serio. 

Tal vez todo lo que el decía era cierto y de verdad me amara, o tal vez era falso y esto era todo un espectáculo para poder tener el récord de toda la población femenina de secundaria, tal vez solo estaba mintiendo, tal vez planeaba jugar conmigo... ¡Oh no! No conmigo.

Y como siempre, todos mis tal vez eran interrumpidos, sabía que debía ser el.

Me acerqué sigilosamente a la puerta y salí para encontrarme a Dean vestido con un conjunto igual al mío pero para hombre y el cabello alborotado. Al darse cuenta de eso sonrió con su característica sonrisa burlona que cambió inmediato por un gesto que suponía era seductor.

-¿Lista para nuestra cita? -preguntó al mismo momento que hacía una reverencia.

-Si, -dije seca pasando a su lado ignorando su gesto de caballerosidad. Si solo quería jugar conmigo no se lo pondría tan fácil.

Se sorprendió notablemente por mi reacción pero lo dejó pasar y me siguió al elevador donde tuvo que pasar de lado pues ya había presionado el botón de cerrar las puertas. Se paró a mi lado y me miró extrañado pero yo solo presioné el botón del loby.

Mientrás bajábamos hizo de nuevo su característica sonrisa burlona que no hacia más que enojarme, era una cita, no tenía porque sonreír como si hubiera encontrado su nueva presa. Aunque también podía ser que solo era paranoia mía.

Al abrirse las puertas ambos salimos del elevador con el mismo paso, sabía que no lo esperaría de nuevo y como no pude dejarlo en el ascensor comencé a caminar más rápido de lo normal para tratar de dejarlo atrás. Sabía que estaba siendo infantil pero el simple hecho de recordar su sonrisa cínica me motivaba a caminar aún más rápido aunque no logré llegar muy lejos pués me detuvo en la entrada principal del hotel pasando un brazo alrededor de mi. -Debes esperar a que traígan en coche -dijo comenzando a mirarme preocupado.

-Bien.

-Emily...

-¿Si? -pregunté sin mirarlo, con la mirada en alto y con un tono elegante.

-¿Por qué estas molestas? -preguntó apretando su agarre en mi hombro.

-No lo estoy...

-Claro que lo estás -de nuevo esa sonrisa que no me inspiraba confianza.

Del odio al amor hay un solo veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora