27. Sin escape

8.7K 399 21
                                    

-Emily, hoy es la cena y por más que trates de evitarlo, -señaló Elizabeth, sentada en posición de loto en la cama del chico- hoy lo verás en la cena.

-Eso no significa que le vaya a hablar -respondí de mala gana.

-Sabíamos que dirías eso, -Bennet se levantó al mismo tiempo que lo hizo mi mejor amiga-. Sabía que no quedaba otra opción.

Ambos chicos salieron de mi habitación y al mismo tiempo que mi hermano arrojaba a alguien dentro de la habitación. Miré preocupada al chico que estaba en el suelo, estuve por gritarles pero cerraron la puerta antes de que pudiera acercarme a esta.

Dean se levantó del suelo sacudiéndose el polvo de encima, luego se detuve y me miró con desinterés.

Primero se acercó a la puerta pero estaba cerrada por lo que se encaminó hacia el balcón, -¡No funcionó la primera vez, no lo hará está tampoco!- gritó antes de intentar abrir la puerta de cristal y fallar en el intento. Haló de esta un par de veces pero al ver que no abría dejo de intentar.

-¡Cerramos todos los accesos! -mi hermano soltó una carcajada.

-No saldrán hasta que resuelvan sus problemas -nos había informado mi amiga-, Bennet se quedará afuera hasta que vuelvan a estar en buenos términos.

-¡Mi mamá no te dejará hacerlo! -sonreí creyendo que había ganado.

-¡Adivina quien perfeccionó el plan! -mi madre gritó desde afuera.

-¡No tarden, cariño. Deben estar en la cena a las 9:00 en punto! -la madre de Dean también gritó.

Luego de eso, todos dijeron a donde irían hasta que solo quedó Bennet en el pasillo con mi hermano como única compañía y estaba contando con que pronto mi hermano intentaría algo con el menor, dejarían el pasillo vacío y podría abrir la puerta con un pasador. Resultó que si era útil que Elizabeth me enseñará a forzar cerraduras hace años.

-Tonta, -dije reaccionando con lo que había pensado.

-Al menos en algo estamos de acuerdo, -Dean sonrió por primera vez desde que había entrado a la habitación.

Decidí ignorarlo, tomé un pasador del tocador y me acerqué al balcón, inclinándome hacia la cerradura.

Introduje el pasador recordando la forma en que se hacia pero esta no se abrió, miré del otro lado del cristal, una cadena para bicicletas mantenía ambas puertas deslizables cerradas. No quise intentar con el baño ya que de igual manera no tenía por donde poder salir y ayer había visto a Bennet mascar chicle pero no vi que hizo una vez terminó de mascarlo.

Me senté derrotada en una de las sillas y suspiré pesadamente, -no podemos salir.

-Interesante deducción, Sherlock, pero pudiste saberlo desde que dijeron "todas las entradas están cerradas", -sacó un pedazo de goma de mascar y lo comenzó a mascar con indiferencia.

-No hay necesidad de ser grosero...

*

-¡Sáquenme de aquí! -Dean llevaba un rato gritando.

Lo miraba mientras daba vueltas por el cuarto con impaciencia y de vez en cuando golpeaba a la puerta pidiendo a Bennet que lo dejara salir.

-¿Podrías callarte? -pedí bajando el libro que había empezado a leer luego de media hora de estar encerrados. Ya eran llevábamos cinco horas encerrados, eran las 4:00 de la tarde y Dean se había vuelto realmente irritante desde hace cuatro horas.

-No, no puedo porque estoy muriendo de hambre. 

El chico se lanzó sobre la cama con pesadez, lo observé y al instante rodé los ojos.

Del odio al amor hay un solo veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora