Salí de Pizza Paluzza con Dean pisándome los talones, mi madre se había quedado dentro junto a Robert. Ambos nos subimos al auto rojo de mi hermano, -¿y bien?
-¿Y bien qué? -pregunté en reacción a la pregunta de Dean.
-¿A qué hora pasó por ti para ir a nuestra cita?
-¿Perdón? -dije sin entender a que se refería.
-Ya sabes, mi pagó por ayudarte a cuidar de todos esos niños.
Me quedé callada al recordar el momento que estaba mencionando, tenía razón, había aceptado a una cita y conociendo al castaño no me dejaría de molestar si no le daba lo que quería. Y no es como que tuviera algo que hacer. -¿Qué te parece a las ocho?
-Me parece estupendo -sonrió de oreja a oreja después de sorprenderse a que no opusiera resistencia.
-¿A dónde me llevarás? -pregunté.
-Es una sorpresa, -se inclinó un poco hacia enfrente para agregar tensión.
Arranqué el auto ý salí del estacionamiento, mi madre aún no salía del lugar. -Pero necesito saber a donde iremos para saber como vestirme -dije obvia.
-Vayamos a donde vayamos, usarás un vestido.
-Touché.
*
Después de que pasé a dejar a Dean a su casa yo me dirigí a la mía para poder arreglarme para mi cita... Vaya, jámas creí que llegaría a salir con Dean.
Desde que había iniciado la escuela, Dean había sido conocido como el jugador, el chico que rompía corazones de muchas. Las ilusionaba y se alejaba, y posiblemente esta vez haría lo mismo, por eso yo no me enamoraría, tal vez solo sea una cosa de verano antes de irme a la universidad.
De hecho, desde que recuerdo Dean a intentado salir conmigo, supongo que se interesa en lo que no puede tener ya que soy la única chica que lo rechazaba pero ahora no tengo nada que perder.
Me miré al espejo para ver si me veía bien... Como ya lo había dicho Dean, estaba usando un vestido... Como siempre. Pero siempre eran de estilos diferentes así que eso debía contar.
Estaba muy nerviosa por la cita, ¿qué si no llegaba? si solo quería la satisfacción, el no tenía fama de ser romántico por lo que era mejor no tener altas expectativas sobre la cita de esta noche, lo mejor sería esperar que me llevará a un lugar de comida rápida o que ni siquiera llegaría, o que si... ¡Ya llegó!
Me paresuré a la entrada principal corriendo tan rápido como el vestido me permitía, llegando a la puerta antes de que lo hiciera alguno de los empleados, quienes me veían sorprendidos desde diferentes habitaciones. Me acomodé al cabello, miré el reloj, era la hora exacta, abrí la puerta.
Dean estaba vestido con ropa casual pero sin perder la elegancia, eso no me daba alguna idea de a donde íbamos, pero no me importaba del todo.
-Hola -dije.
-Hola -dijo tan atontado como yo lo había hecho.
-¿Vamos? -pregunté.
-Oh, si, -se movió de la entrada dejándome pasar.
Caminamos hasta su auto negro, estaba por abrir la puerta pero el tomó la manija antes de que yo pudiera hacerlo y abrió la puerta. Lo miré un poco sorprendida pero le sonreí y entre en el auto sentándome en el asiento del copiloto.
Lo miré dar la vuelta por enfrente del coche para después entrar sentándose en el asiento del piloto, me miró con una sonrisa, pero no era de esas burlonas que siempre mostraba, tampoco de esas como cuando te estas divirtiendo. Era de esas sonrisas que las personas solo tenían cuando estaban frente a lo más preciado que tenían.
ESTÁS LEYENDO
Del odio al amor hay un solo verano
Storie d'amoreEmily Aston es una chica de 17 años que pertenece a una familia que ha sido rica por generaciones, su hermano está a punto de casarse con una muy linda chica, y pasará todo el verano en eventos relacionados con la boda, el único problema es el moles...