La Cámara || Daniel Radcliffe Y Tú

CAPITULO 15

Narra Hailey

—¡AAAAAAAHHH, APÁGALO! —gritamos todos al mismo tiempo que vemos a Freddy Krueger en pantalla, y Tom fue el valiente que apagó el televisor.

Si no se dieron cuenta, bueno, estoy en una pijamada con Daniel, Rupert, Emma y Tom para terminar las vacaciones de buena forma, pero entonces a Rupert se le ocurrió la grandiosa idea de ver películas de terror, y nosotros de torpes le dijimos que si.

Si, que gran pijamada.

—Ay que miedosos, no aguantan nada —se burla Rupert— nisiquiera terminaron de ver la película.

—Creo que puedo vivir sin terminar de verla, gracias —ironizo abrazándome a mi misma.

—bueno, y ¿ahora que hacemos? Por lo que veo, se nos quitó el sueño con esa pelicula —se burla Emma recostando su cabeza en el hombro de Daniel.

—Si... Deberíamos hablar un... Rato —hablo con dificultad al ver a Emma MUY cómoda sobre Daniel— ¿les parece? —cuestiono sin quitar la mirada sobre ella.

Y al parecer se dió cuenta, porque me volteó a ver y frunce el ceño con mueca confundida, a la vez que se levanta.

—Me parece bien —habla Emma— ¿y a ustedes?

—Por mi está bien —responde Tom junto a unos "bien" y "yo si tengo sueño" de Daniel y Rupert.

—Bueno, pero si vamos a hablar, deberíamos hacerlo lejos de cada uno, ¿Entienden? —explico con una desconocida molestia— por ejemplo, Emma, deberías ponerte un poco más lejos de Dan, digo, puede sentirse incómodo, ¿verdad Daniel?

—Ammm, la verdad estoy bien —contesta neutral.

—No, no estás bien —lo corrijo con una sonrisa cínica— Emma, ven a mi lado, quiero tenerte cerca —palmeo a mi lado.

—Esta bien... —responde dudosa— pero primero, Hailey, ¿me acompañas un momento a la cocina? —me pregunta mientras se levanta del suelo.

—Claro —acepto levantándome de dónde estaba siguiendola.

Cuando llegamos a la cocina lo primero que hace es encararme mientras levanta una ceja.

—Emma... ¿Estás bien? —le pregunto un tanto incómoda.

—Eso debería preguntarlo yo, ¿Hailey, que te pasa? —cuestiona— no creas que no pase desapercibida tu mirada a Daniel y a mi, y eso de que quisiste que me sentara a tu lado de repente, estás extraña —afirma, y luego su cara pasa de confusión a sorprendida— ¿estás celosa?

—¿Qué? Emma, enloqueciste —me burlo soltando una risa que en el fondo se que es falsa— ¿Cómo voy a estar celosa?

—¡Te gusta Daniel! —asegura pensativa— ¡Claro! Es lógico, Daniel logró su cometido, ¡te conquistó! —saca conclusiones sin dejarme hablar.

—Emma...

—Los besos en las mejillas —indica.

—Emma-

—¡Y LOS REGALOS! —vuelve a asegurar— Hailey, es súper obvio, ¡Te gusta Daniel! Y al tensarte por mi cabeza en el hombro de Daniel, es una muestra de celos.

—Primero; eso no quiere decir nada —digo negando con la cabeza— segundo; Emma, no puede gustarme Dan, es como un hermano para mí.

Lo admito, una parte de mi le dolió decir eso.

—Ay por favor Hailey, es súper obvio que te gusta y no quieres admitirlo...

—Emma, no, y dejemos el tema hasta aquí, además, los chicos deben de estar esperándonos —doy por terminada la conversación yendo a mi habitación.