La Cámara || Daniel Radcliffe Y Tú

CAPITULO 9

Narra Hailey.

Meses después

Wow, ya último día de grabación. No me esperaba que casi seis meses se fueran tan rápido.

Pero lo mejor de todo es que ya casi es mi cumpleaños, bueno, mío y de Tom. Jeje

—Hey Hailey, ¿te estoy aburriendo? —me pregunta Rupert al ver mi cara distraída.

—No, no, para nada —lo calmo— Es solo que.. aún no me creo que ya sea el último día de grabación —expreso con una nueva.

—Ah, eso —dice asintiendo con la cabeza comprendiendo— pero... nos vamos a seguir viendo, ¿no? —me pregunta dudoso.

—Si, claro que nos seguiremos viendo, es solo que voy a extrañar mucho estar en el set.

Bueno, en realidad extrañaré el camerino con la fuente de chocolate, pero eso no lo tienen que saber, shhhh.

—Tranquila. Nos volveremos a ver cuando alguien del elenco cumpla años —bromea.

—Uy, hablando de eso —digo recordando algo—  Quería invitarte a mi cumple, o bueno, mi cumpleaños y el de Tom —aclaro.

—¿Cuando cumplen? —me pregunta.

—Cumplimos doce el veintidós de septiembre, estamos a diez días, por eso te quería invitar a ti, Emma y Daniel.

—Mmm hablaré con mi papá para que me deje ir. Aunque, si creo que me deje, solo porque el cumpleaños es de ustedes, y además, ustedes fueron al mío —sonrie— así que cuenten con mi presencia.

—Bien, ahora debo buscar a Dan para invitarlo —exclamo levantándome de la silla— nos vemos Rupert —me despido sacudiendo mi mano.

—Adiós Hal —exclama antes de que salga del camerino.

No lo pensé bien, ahora no sé dónde está Dan...

Aunque mi sexto sentido me dice dónde está, mmm

•••

Llegué al camerino, y al ver una sombra por la ventana, pude confirmar mis sospechas.

Y cuando entré al camerino, no podía creer lo que veían mis ojos.

—Hailey, no es lo que tu crees —me dice dan desesperado— no quería hacerlo —agarrandome los hombros.

—¿Como pudiste? —finjo decepción negando con la cabeza— te comiste las fresas —susurro— Daniel, yo confíaba en ti —dramatizo.

—En mi defensa, me gustan mucho —se excusa— Son mis favoritas Hailey, no me juzgues.

—¡También son mis favoritas, Daniel! ¡Podías haberte comido las galletas! —reclamo alzando la ceja.

—Bueno, ya entendí. No lo vuelvo hacer  —se disculpa— ahora, ¿A qué venías? —cuestiona.

—Oh, solo venía para decirte que estás invitado a mi cumpleaños número doce junto a Tom —informo cambiando a una expresión más alegre.

—Cierto que tienen once —recuerda— ser mayor que tú está afectando mi memoria —bromea.

—Solo por dos meses —recalco poniendo los ojos en blanco.

Daniel cumplió años en julio, entonces, ya tiene doce, y solo por eso cada que tiene la oportunidad me restriega en la cara que es mayor que yo.

Ya se lo que siente Tom, le debo una disculpa, pobrecito...

—En fin, ¿aceptas o no? —pregunto.

—Claro, ¿Por qué no? —me dice abrazándome por los hombros.