Siempre fuiste tú (Completa)

29- Dominic/ Te tengo una sopresa

Dominic

Mi fiera, salió caminando hasta la salida enfurruñada conmigo pero la verdad no me importaba porque logre que miraran con malos ojos a Matthew e ir ganandome  la confianza de todos como el mejor partido para Lucia en un futuro y asi quedarme con todo porque me sobra experiencia y porque lo que me propongo lo obtengo si o si. Mi celular no ha parado de vibrar desde hace días y se quien es asi que  por hoy haber logrado una victoria iré a divertirme un rato

- Si, que quieres?- contesto a Michel que hace días lleva rogando para que nos veamos en el hotel de siempre.

- Dom, no seas cruel, si? te necesito, por favor vamos a vernos hoy- estaba contento así que no vendría mal jugar un rato con ella.

- Esta bien, nos vemos a la misma hora de siempre en el mismo lugar- cerre yendo de camino a casa.

A pesar de estar todo golpeado, me sentía como un dios porque hoy obtuve una victoria poniendo a los Fiore y a el Sr. León de mi lado y ya tenia un as bajo la manga que era el problema psicológico  o lo que sea que tenia el idiota ese. Me subo a mi BMW y voy a casa para cambiarme el traje por algo mas cómodo para ir a divertirme, aun que no puedo negar que en el fondo me hubiera gustado que Michel, no se hubiera perdido en las drogas, fiestas y alcohol, porque en el fondo se que ella siempre ha sido y será el amor de mi vida pero no puedo dejarme llevar por mis sentimientos y nuestra historia en el pasado porque ella se hundió en su miseria y yo la verdad tengo que salir a flote, por eso he puesto mis ojos en la hermosura de Lucia que por lo que veo es bastante prometedora.

Ya en casa, me cambio y bajo a almorzar con mi hermana Valeria que hoy no asistió a sus clases de arte porque anda algo enferma y mi madre prefirió dejarla en casa.

- Como anda la escuela,  Val?- pregunte acariciando su cabeza mientras tomo asiento a su lado y la criada procede a servirnos la comida.

- Te he dicho una y mil veces Dom, que no me despeines así, ya no soy una bebe y bueno la escuela aun no la he empezado, supuestamente el Lunes comienzo- comenta mi hermana con una adorable sonrisa que hace que se me derritiera el corazón y aun que ella dijera que no era una bebe, para mi seria mi pequeña bebe toda la vida y por ella estaba dispuesto a todo para no verla nunca sufrir ni pasar trabajo.

- Quieres que te lleve? y digas lo que digas, eres una bebe- le dije sacándole la lengua y expectante a su respuesta ya que en verdad quería ver como reaccionaria Lucia, al verme en su escuela.

- Claro, nuestros padres no van a poder ir por las reuniones de trabajo y no quiero ir con el chofer a mi primer día, gracias por siempre estar para mi Dom- me dio un cálido abrazo y un beso en la mejilla.

Terminamos de comer, me despedí  de Val y fui rumbo a encontrarme con Michel, en el hotel que me gustaba frecuentar cuando solía venir a visitar por aquí por Miami, pero ahora que vivo aquí supongo que será mas frecuente hasta que logre tener una relacion seria con Lucia y entonces pueda deshacerme de Michel, o darle lo que siempre ha querido que es a  Matthew  para que el no pueda entrometerse entre Lucia y yo.

- Por fin llegas, estaba demasiado ansiosa esperando por ti- se abalanza encima de mi con un conjunto de lencería lila de dos piezas que tiene unas medias hasta los muslos que me provocan una erección inmediatamente.

- Arrodíllate y pon las manos sobre tus muslos- le ordeno en lo que yo procedo a quitarme la camisa y quedar solo en el jogger de color negro, ella solo obedece y eso es lo que me trae adicto a ella.

Me paro a sus espaldas y comienzo acariciando su cabello, me arrodillo a sus espaldas y comienzo a besar su cuello, paso la lengua por sus hombros, muerdo los lóbulos de las orejas y dejo chupetones en su cuello, desabrocho su sostén y voy dejando besos mojados por su espalda mientras escucho como suspira de deseo,  deslizo mis manos por su cintura, costillas hasta llegar a sus senos y pellizcarlos, haciendo que suelte varios gemidos, la halo suavemente del pelo para recostar su cabeza sobre mi pecho y hacer que me chupe los dedos de la mano para deslizarlos desde sus labios hasta su monte de venus.