UNA SEMANA DESPUÉS.
Abro mi computador mientras me acuesto en la cama, me acomodo y tomo la bolsa de doritos comiendo de ésta.
Mi Notebook comienza a sonar notificando que tengo una llamada entrante, contesto la llamada sabiendo perfectamente que se trata de Benjamin y sonrío viéndolo a través de la pantalla, está buscando algo en los cajones de su habitación.
Cuando llegó a Inglaterra me contó que tuvo que cambiar sus cosas de la casa en la que vivía con Kimberley a la de sus padres. También nos hizo a mí y a la Nati un mini tour por su pieza, las paredes eran de color azul y tenía una alfombra bastante grande en forma de círculo que combinaba con el tono de la habitación, habían varios pósters pegados en las paredes de diversas bandas y equipos de fútbol, obviamente sus medallas estaban colgadas y logré ver que contenía una gran colección, había un calendario de chicas semidesnudas cerca de su escritorio y nos burlamos de él cuando se puso rojo y todo nervioso.
Fue muy divertido.
Miro la hora en mi celular, son las seis de la tarde, allá deben ser las once de la noche, seguramente ya está listo para irse a dormir.
— Amor.— lo llamo y él mira a la cámara con una polera roja entre sus manos.
— Hola, preciosa. — cierra el cajón yendo a la cama y dejando la polera doblada sobre ésta, se acerca al computador con una gran sonrisa.
— Lindo trasero. — le digo y él se ríe sentándose en su silla.
— Gracias, gracias, pero no es tan lindo como el tuyo. — sonrío sintiendo mis mejillas rojas y le tiro un beso.
Me salió bastante tímido.
— ¿Cómo estuvo tu día?.
— Bastante tranquilo, fui a entrenar con los chicos y anotamos varias jugadas para los próximos partidos.
— Me alegro, bebé. — le sonrío y como de mis doritos.
— ¿Y tu día?.
— Mi día estuvo increíble. — me tapo el rostro y pego un pequeño grito de felicidad, menos mal que no es de noche o despertaba a la vecina pesada de al lado. — ¿Recuerdas que te dije que estaba buscando trabajo?.
Él asiente sonriendo.
— Bueno, sucede que el otro día cuando vino el Clemente, él estaba hablando con el Vidal por llamada y yo justo le comenté al Clemente que estaba buscando trabajo y el Vidal escuchó. — escucha. — Entonces...
Hago el sonido de redoble de tambores con mis manos y él me imita atento a lo que diré.
— Me dijo que conocía a un jefe de una editorial, él le habló de mí y le mandé mi currículo, me contestó hoy y me dijo que estaba contratada. — vuelvo a pegar un pequeño grito y doy unos saltos en mi cama viendo mi computador saltar junto a mi, lo afirmo para que no se caiga ya que no tengo los medios para comprarme otro si éste se echa a perder.
— ¡Eso es increíble, amor! Felicidades. — me sonríe tirándome muchos besos. — ¿Cuándo empiezas?.
— Pasado mañana, hoy me hice el PCR y tengo que esperar el resultado para poder ir. — le digo contenta.
— Estoy muy orgulloso de tí, bonita, esto es genial, ¡Deberíamos celebrar!
— ¿Cómo?. — hago un puchero y estiro mi mano tocando la pantalla.
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Tradúceme Ésta [Ben Brereton]
General Fiction- ¡Me aceptaron, conchetumare!. -Susurré emocionada mientras bailaba acostada en mi cama. No lo podía creer, me aceptaron, no creí que esto pasaría, o sea, significa que ahora soy la traductora oficial de Ben Brereton, el nuevo jugador de La Roja. ¿...