Se pasó toda la semana ansioso, su tío le había dicho que tenía una misión muy importante para el, que debía cumplirla si o si, y obviamente no tenía opción o réplica a negarse.
Ni siquiera se atrevió a divulgar un poco en que consistía, sólo lo dejó impregnado en una duda calcinante. Suspiro dándose una larga ducha, era un domingo un tanto raro, sentía una vibra extraña, pero las gotas que caían en picada fueron opacadas por unos golpes en su puerta, un tanto irritado por el incesante toque cerró el grifo, colocando una toalla en su cintura y una en su pelo, con un bufido que escapó de sus labios abrió la puerta, encontrando a una temblorosa Hinata, más de lo normal claro está.
De mala gana la dejó entrar a su habitación, regresando al baño para poder cambiarse con tranquilidad, la cual ya había perdido desde el primer toque a la puerta.
Estaba seco, pero su cabello seguía un poco húmedo, no le dio tanta relevancia a eso regresando a donde había dejado a su prima, ya un poco fastidiado al verla en ese extraño estado decidió abandonar la habitación, no soportaba ver a la chica temblando sin ninguna razón en su habitación.
Cuando estuvo a punto de cruzal el umbral de la puerta Hinata lo detuvo, su voz estaba lo suficiente gangosa como si acabará de llorar.
—Ne-neji —sorbio su nariz dejando salir las lágrimas de sus ojitos.
—¿Si? —su intención no era hablarle de una forma tan seca y hostil, pero todo el tema de esa extraña misión que su tío le había comentado lo tenían muy alerta y reacio.
—Mi padre qui-quiere verte, pe-pero-
Neji no le dio tiempo a réplica cuando ya estaba saliendo disparado por la puerta, Hinata un tanto espabilada también lo siguió, tomandolo del brazo para que puediera escucharla.
—No vayas Neji, por favor —de sus ojos seguía saliendo ese líquido cristalino.
—¿Por qué no debería ir? —Un tanto escéptico examinó a su prima, no estaba de humor para juegos o perder más tiempo en una charla innecesaria.
—Te van a obligar a algo que sé que no querrás, como a mi —cerro sus ojos sintiéndose enojada consigo misma por no poder hacer más, pero si podía ayudar a su primo así sería —debes evitar a mi padre a toda costa esta noche, ve al bosque y regresa mañana en la tarde ¡te lo imploro Neji, es por tú bien!
—Yo me sé cuidar sólo, Hinata —ondeo su brazo para poder quitarse a la pelinegra de encima, la vio por el rabillo del ojo para así darse la vuelta y caminar por un extenso pasillo hasta llegar al despacho de su tío.
Mientras seguía en busca del despacho sintió un gran escalofrío recorrerle con furor la columna vertebral, trago saliva al estar frente de su destino, con un poco de nerviosismo tocó la puerta color chocolate despacio, apenas escuchando un audible pasé.
Al entrar lo primero que se enfocó en su panorama era a ese chico de los exámenes chunin, para ser más preciso Shikamaru Nara del equipo diez, al que no se molesto en dar pelea porque hubiera sido muy patético y humillante robarles el pergamino a tres mentecatos.
Aunque el tiempo le dio una gran bofetada en el rostro, cuando tuvo que ir en busca del chico Uchiha y el capitán del equipo no era ni más ni menos que el mismo chico Nara, al parecer era un gran estratega.
Su vista luego se enfocó en dos personas que a ser sincero, nunca había visto, ahora sus ojos iban directos a los de su tío Hiashi, este también lo examinaba, pidiéndole otra vez en esa voz baja que se sentará.
—Neji, te he llamado aquí para que cumplas la misión de la cuál te he comentado.
Esa voz tan pacífica le daba miedo,giro su rostro otra vez observado al Nara, este traía una cara serena, ni siquiera entendía que hacía el chico ahí y las otras dos personas extrañas, pero a juzgar por las apariencias, parecían familia del chico azabache.
Con vacilación asintió, no entendía porque las palabras no podían salir de su boca.
Sin apresurar las cosas Hiashi llevó una pequeña bola de arroz a sus labios, degustandola con paz y armonía, aunque las personas y el aura de la habitación se sentía un tanto ambigua, quería exigir respuestas y no silencio, mientras más pasaba el tiempo más ansioso se encontraba.
—Intentaré dar una explicación breve —dejó el sobrante de arroz en un plato de porcelana —sabes que los Hyugas no solemos mezclarnos y que estamos atados sólo a nuestro clan
Otra vez un asentamiento de cabeza, aunque la confusión estaba impregnada en su rostro, no entendía la situación era más que obvio.
—Bueno, esto a un largo plazo nos podría afectar, ya que todos los clanes están haciendo una alianza y nosotros nos quedamos ciertamente atrás —explicó algo breve, también los Uchiha formaban parte de esa lista, ya que ellos no solían andar con personas ajenas a ellos.
Pero con toda esta información aún seguía sin entender del todo.
—Y por eso he tomado la decisión de que dos personas importantes, tanto como de la rama principal como la secundaria, debían contraer nupcias.
—¿Y qué papel vendría yo desarrollando en todo esto? —por primera vez en lo que estaba en esa asfixiante habitación había dicho algunas palabras a secas.
—Es muy fácil deducirlo, Neji —sacó unos papeles y un frasco con tinta y una pluma —te estoy ofreciendo en matrimonio
Su cara se desencajo en un perfecto poema ¿matrimonio? Esto no era real, no podía serlo, todo a su alrededor dio vueltas, intento cerrar sus ojos, para tener así un poco más de estabilidad.
—Es, es una broma ¿cierto? —quería que lo fuera, que nada de esto era real, que sólo era producto del pánico y de su cabeza.
—¿Tengo cara de ser una persona que hace bromas? —oh claro que no lo era, pero anhelaba que lo fuera. —mañana será la ceremonia, y en la siguiente semana la de Hinata con el joven Aburame, queríamos que fueran el mismo día, pero ese clan tiene ciertas costumbres —Hiashi pasó los papeles que tenía a los padres del Nara, que no era ni más ni menos que un tratado de unión.
—Pe-pero yo no puedo casarme
—Neji, te recuerdo que sólo eres parte de la rama secundaria, aquí no tienes voz ni voto —sentenció firmando la muerte de su sobrino.
Vaya, al parecer si debió escuchar a Hinata, estaba perdido.
Omg jsjjsjsjs y apenas esto es el prólogo.
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Obligados a estar juntos |Shikaneji|
Fanfiction-Te están amenazando -dijo algo más que obvio. -¿No me digas? Pensé que me estaba felicitando por nuestro hermoso matrimonio, querido -habló con su sutil sarcasmo que lo hacía destacar.