Fue tan débil cuando el Nara le tomó de la mano, cuando se acercó y depósito un beso en sus labios, cuando le susurro palabras bonitas al oído ¿¡dónde diablos estaba Neji!? Porque de esta forma parecía alguien diferente, tan blando y vulnerable, estuvo a punto de entregarse sin pensarlo, pero agradecía a todos los dioses que su suegra había regresado.
Aún no había perdonado del todo al Nara, y claro que se lo hizo saber. Sus crueles palabras a un retumbaban en cada rincón de su mente, le costaría tiempo, pero podría hacer el intento de olvidarlas. Al caer el atardecer Yoshino se retiró a su morada, alegando que tal vez Shikaku regresaría pasadas las dos de la mañana, volvió a encerrarse en la habitación dónde estaba situada la cuna, tenía tanto en que pensar y simplemente no sabía cómo hablar o actuar, agradeció que el Nara no fuera a tocarle la puerta para pedir disculpas otra vez, quería estar en silencio por un rato.
Pasadas las nueve de la noche se adentró a su habitación, observando a su esposo en la ventana con la vista perdida en un punto fijo. Deslizó su ropa colocándose su pijama, ahora teniendo los ojos de Shikamaru otra vez, sintió sus mejillas arder levemente, cada pasó que daba el Nara hacía el, hacía que su piel se erizara.
—Neji —el ex-Hyuga lo interrumpió, posando sus dedos en sus labios.
—No digas nada —susurro, tomando las manos del azabache, guiandolo hasta la cama —¿podrías besarme?
El Nara vacilo un poco, primero llevando sus dedos hasta la mejilla de Neji, mirándolo directo a los ojos, sintiendo como sus almas se anclaban con tanta lentitud, como si estuvieran bailando en la lluvia y lo hizo, unió sus labios, sintiendo las lágrimas saladas rozar sus papilas gustativas, que se mezclaban con el sabor dulce de Neji.
Todo lo hacía despacio, como si un toque brusco fuera a romper a Neji, su pequeño atardecer, su estrella, su aureora boreal, la única persona que lo había hecho llorar, demostrandole a él y al mundo que si tenía sentimientos, su hermosa constelación, su primer amor.
Bajó la pijama del azabache, tocando cada trazó de piel, sus clavículas eran tan placenteras, al igual que su cuello, el cual beso con suavidad, guiando sus manos a su cadera y deteniendose en su abdomen, otra vez hizo contacto visual con el ex-Hyuga, dejando sacar sus lágrimas, por mucho tiempo anduvo sin rumbo, sin alguien que le pusiera riendas a su inerte vacío y de la nada lo tenía a él, tenía a Neji y eso era más que suficiente para sacarlo de su incipiente soledad, dándole sabor a lo desabrido.
Lo beso, como si se fuera a desvanecer, como si al abrir los ojos fuera a desaparecer.
Tocó cada espacio de piel expuesta, mientras la luz de luna se adentraba a la habitación, haciendo a Neji brillar de una forma tan celestial, ya no se sentía sólo. Tenía unas palabras que deseaba sacar, pero tenía miedo que el azabache las tomará como patéticas ¿pero que más daba abrir su corazón?
Estaba encima de Neji, con su cabeza atrapada en el espacio entre sus clavículas y su cuello.
—Si el cielo se cae quisiera, quisiera —sus palabras se amortiguaban por su llanto, opacando su vacío —¿estarías dispuesto a pasar tus últimos segundos de vida junto a mi si el cielo hoy se cae?
—Yo sostendría el cielo para nosotros, cariño —sintió algo húmedo en su cuello, suponía eran las lágrimas del Nara.
Maratón 2/3
Amigos me entretuve tanto pintandole un cuadro a mi padre que no recordaba el maratón
Pero esk colpaso esto es muy lindo aaaaaah
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Obligados a estar juntos |Shikaneji|
Fanfiction-Te están amenazando -dijo algo más que obvio. -¿No me digas? Pensé que me estaba felicitando por nuestro hermoso matrimonio, querido -habló con su sutil sarcasmo que lo hacía destacar.