Negativo parte dos

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El calor que emanaba la habitación era calcinante, el sudor que traspasaba por sus dedos y la poca brisa que entraba por la ventana levemente abierta los hacía sentir ahogados, como si por muchos años hubieran estado buscando una salvación, algo para mantenerse a flotes, un tipo de redención o sólo algo a lo cual aferrarse, era extraño, sólo estaban atados por obligación, pero había algo ahí, que los hacía arder en llamas y a la vez nadar en serotonina.

Unieron sus labios, dejando que sus lenguas traspasaran la cavidad bucal contraria, haciendo mapas mentales de cada espacio, era raro, se sentían raros.

Neji aún no se acostumbraba a esto, era extraño para él, siempre se visualizo sólo, no con nadie a su lado, sólo él y nadie más que él. Pero de la nada tenía que estar con el Nara, durmiendo en la misma cama, compartiendo la misma comida, haciendo cosas juntos, ¡teniendo sexo juntos! Era mucho por analizar, ese aliento con olor a menta rápidamente lo volverían loco, y tenía miedo de perderse entre esas ásperas manos y dulces toques.

Pero Shikamaru también era un diluvio de emociones, tenía que lidiar con todo lo que era Neji, al levantarse encontraba a alguien que le daba un buenos días en tono amable, nada parecido a los buenos días de su madre; luego al bajar tenía una hermosa vista y delicioso desayuno, Neji era tantas cosas bonitas, que su mente se aturdía, luego estaban en ese extraño compromiso para tener un bebé y quería pensar que esto sólo era una misión, pero por más que quiso creer en eso, no pudo, cayó rendido a los encantos del ojiperla, y de esa atrapante piel nivea, de sus curvas y de sus sedosas y sensuales piernas ¡todo del ex-Hyuga le encantaba! Desde sus ojos hasta sus manos, desde ese lindo pelo hasta ese torso esbelto, no podía verlo como un simple amigo, no cuando esas caderas lo seducian y lo llevaban al delirio.

—Neji —besó su oreja, deslizando sus labios hasta su clavícula izquierda.

—¿Si? —aguanto un gemido, mientras quitaba la ropa del Nara, cada beso lo hacía sentir en el cielo, como si estuviera jugando con nubes.

—Creo que me gustas —bueno llevaban un mes juntos, dándose detalles y una que otra mirada, eso era más que obvio.

—Y y-yo —no aguantó gimiendo en palabras inentendibles, Shikamaru había llevado sus manos a su cadera, haciendo círculos imaginarios—y-yo también cre-creo que me gustas.

Otra vez volvieron a unir sus bocas, mientras sus lenguas se encontraban juntas y levemente chocaban con sus dientes, esto se sentía tan irreal, cada vez que sus pieles se encontraban se sentía como un momento falso, como si sólo fuera un sueño efímero.

Se observaron por unos segundos, y sólo se quedaron así viendo el fuego que provocaban entre si, como las llamas de la lujuria y el deseo se apoderaba de ellos, sintiéndose llenos y a la vez tan vacíos, como un frasco apenas con mermelada.

El azabache dejaba que el Nara tomará todo el control, guiandolo a un tren de pasión y dolor, a un lugar sin retorno.

—Quiero escuchar mi nombre, de tu boca sale tan lindo —con brusquedad arrancó la ropa interior de Neji, tocando cada pedazo de piel expuesta, como si sus dedos fueran al compás de sus latidos desenfrenados.

Deslizó sus manos por el torso desnudo de su "esposo" mordisqueando un poco de su cuello lechoso.

—N-no dejes marcas —gimio tan cerca del oído del Nara, pero le fue imposible resistirse, no cuando Shikamaru lo tocaba de esa forma.

Shikamaru se levantó de la cama, yendo a la mesita de noche, de ahí sacó un lubricante sabor cereza, lo había comprado dos semanas atrás cuando inició toda esta travesía del bebé, regresó a dónde estaba, observando el rostro del ex-Hyuga, era realmente hermoso, sus mejillas estaban decoradas por un leve color carmín, su cuerpo estaba completamente desnudo a su merced, y a ser sinceros era la mejor obra de arte que sus ojos habían sido capaces de observar.

Hizo un leve caminito de besos, desde su torso hasta su pelvis, siempre lo trataba con dulzura, no podría hacerlo de distinta forma, no a Neji.

—Abre las piernas —demandó abriendo la pequeña botellita de lubricante, ver a Neji desde arriba era impresionante, ver todas esas gotitas de sudor en su frente y su pelo rabioso.

El ojiperla acató la demanda, abriendo temblorosamente sus dos extremidades que anteriormente estaban juntas.

Con destreza el Nara llevo el primer dedo toqueteando con delicadeza la entrada del ex-Hyuga, pudo ver como su rostro se contrajo, no sabe si de dolor o satisfacción. A los dos minutos añadió otro, jugueteando con la ardiente carne que envolvía sus dedos, al pasar un rato llevo un tercer dedo, simulando falsas embestidas, la boca del ojiperla estaba entreabierta, dejando escapar leves suspiros.

—¿Estás listo? —se acercó a su oído, susurrando sus palabras y mordisqueando su oreja, mientras sus dedos seguían entrando y saliendo de ese anillo envolvente de carne.

—S-si —afirmó temblando un poco, esas sensaciones seguían siendo extrañas para el, pero a la vez tan placenteras.

El Nara saco sus dedos, degustandose con el sabor a miel del castaño, tomó la botellita de lubricante cubriendo su miembro con lo que contenía el envase, sin vacilación llevó su boca hasta la del azabache, mientras se adentraba en la entrada del ojiperla, sintió unas uñas aferrarse a su espalda, Neji era tan cálido y suave, podría estar ahí por siempre, en el ardiente interior del azabache.

—Shi-Shikamaru...agh —un gemido suave abandonó sus labios, sentía que el castaño lo estaba abriendo en dos, pero esos toques suaves lo estaban haciendo delirar.

—Eres tan lindo —hizo movimientos circulares en su interior, besó sus manos y sus mejillas —eres tan dulce

—Ba-basta —ya se sentía lo suficientemente avergonzado como para añadir esto.

Unieron sus manos, dejándose llevar por los incesantes toques, sus pieles eran como fuego implorando un poco de agua para detener las llamas, se sentían tan cercas...tan cercas hasta llegar a las estrellas y de pasó al paraíso, como si sólo fueran parte de la brisa, olvidando por un segundo el porque estaban haciendo esto desde un principio, sólo dejándose llevar por el gozo del placer momentáneo que sus cuerpos les podían ofrecer.

Apenas el sol estaba saliendo y ellos se estaban entregando en cuerpo y alma al otro, porque cuando empezó todo esto del test y demás apenas eran las cinco y media de la madrugada.

—Shi-Shikamaru —diciendo su nombre se liberó, empapando su abdomen y un poco al azabache, segundos después le siguió el Nara, dejándose caer encima de él, respirando sofocados por los recientes movimientos erráticos.

—Sino te hago un bebé te hago un queso
—cerró sus ojos, estaba muy agotado.

JSJSJS OMG disculpen sino era lo que esperaban, es que no suelo escribir este tipo de cosas y di lo mejor de mi ;)

Bueno que no se desesperen si no actualizo en unos días, es que no tendré Internet, pero prometo volver con dos capítulos nuevos jsjsjjs

Ahora si, hasta aquí mi reporte Joaquín

Obligados a estar juntos |Shikaneji|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora