Los años se pasaban como un trago de agua, los llantos del otoño se esparcian por las aceras y las risas resonaban por la calle entera ¿que si era feliz? ¡claro que lo era! Tenía dos hermosos hijos y un esposo tan perfecto, que a diario se cuestionaba ¿podría Neji sólo ser una ilusión? Aunque al llegar a casa y besar sus labios reiteraba que el azabache era real, sólo que alguien en el universo había sido tan maravilloso con él, que le había dado al mejor hombre. Apretó fuerte el ramillete de flores que había comprado hace media hora, al igual que la pequeña cajita de terciopelo.
Se adentró a su hogar, sintiendo el silencio inerte, ¿quería encontrar ruido a las una de la madrugada? No tenía planeado llegar tan tarde, pero que Naruto necesitaba mucha ayuda y él no iba a dejar sólo a su amigo con una incrucijada tan fuerte ¡le iba a pedir al amargado de sasuke que se mudara con él! Claro que debía quedarse a ayudar.
Subió las escaleras despacio, adentrándose en la habitación de su pequeña niña, qué aunque ya Shikari tuviera quince, seguía siendo su bebé peloncita; sacó una flor amarilla y removió un poco a su hija, viendo como sus ojos castaños se vislumbraban con esmero en la oscuridad.
—Maldito ¿se las trajiste a mamá? Te dije que yo quería hacerlo primero —Shikari fruncio el ceño, ¡su padre era un traidor! Se suponía que ella sería la primera en darle un regalo de cumpleaños a su madre.
—Con razón ya eres una fresa caducada, ya sé porque Sarada no quiso nada contigo.
—Eso es un golpe bajo viejo —sintió un pequeño golpe en su cabeza, quejándose al momento.
—Para ti —le dio la flor que ya había sacado con antelación.
—Aww ya vuelvo a quererte.
Shikamaru rodó los ojos abandonando la habitación de su hija, ahora caminando por el pasillo a oscuras hasta la habitación de su bebé Hizashi, ¡el pequeño sólo tenía diez y era el mejor de su clase! Se le inflaba el pecho de orgullo cada que hablaba de sus dos bebés.
Sacó una flor azul, ahora adentrándose a la pieza de su hijo, encontrandolo leyendo un libro. El pequeño se percató rápido de la presencia de su padre, dejando a relucir sus ojos perla, qué a la luz de la luna le daban un toque ciertamente parecido a las estrellas.
—No le digas a mamá que sigo despierto —junto sus manitas en una súplica, casi que arrodillandose —pero es que necesitaba terminar ese libro hoy ¡es que no podía quedarme con todos esos enigmas!
El único hijo bien hablado que tenía, el vocablo de Shikari era muy inculto.
—No le diré nada —sonrió un poco dando suaves toques en el pelo alargado de su hijo, ninguno se parecía a él, tanto Shikari como hizashi eran la viva imagen de Neji. —Sólo vine a darte esto —le extendió la flor que con esmero había cuidado de no dejar caerle sus pétalos.
—Oh padre, ¡es una hermosa hortensia!
—sus ojos brillaron con esmero —la pondré en agua.Abandonó la pieza dejando al pequeño acomodar su flor, yendo hasta su habitación, dónde su esposo se mordia las uñas con desespero, quiso reír, pero sabía que si lo hacía posiblemente se ganaría una dormida en el sofá.
—Por fin llegas —Neji se levantó como resorte, abrazando a su esposo —es demasiado tarde, yo estaba preocupado
—Oh Neji, me haces tan fácil la tarea de amarte —vio un imperceptible sonrojo adornar el rostro del azabache —feliz cumpleaños cariño —acarició con dulzura su mejilla, dándole un beso cálido en los labios, el sabor dulce que desprendían los labios de Neji eran como una droga de la cual era adicto.
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Obligados a estar juntos |Shikaneji|
Fanfiction-Te están amenazando -dijo algo más que obvio. -¿No me digas? Pensé que me estaba felicitando por nuestro hermoso matrimonio, querido -habló con su sutil sarcasmo que lo hacía destacar.