Capítulo 15

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- Buenos días. - fue lo único que Shuhua escuchó, antes de que Soojin saliera por la puerta de la habitación que compartían con un portazo.

La morena se encontraba confusa. Se acababa de levantar y se hallaba con aquel panorama. Se llevó las manos a la cara para frotarse los ojos, intentando tomar conciencia de la situación. A medida que se despertaba, con la mirada aún perdida en la nada, recordaba lo que había pasado la noche anterior en aquel mismo lugar.

Un rato más tarde de que Miyeon se hubiera ido de la habitación, Shuhua se había lavado los dientes y estaba a punto de meterse en la cama, cuando la puerta del cuarto se abrió de sopetón

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Un rato más tarde de que Miyeon se hubiera ido de la habitación, Shuhua se había lavado los dientes y estaba a punto de meterse en la cama, cuando la puerta del cuarto se abrió de sopetón. La morena se giró para ver de quien se trataba, pero se encontró una imagen que le aplastó el corazón. Soojin estaba en la puerta con los ojos completamente rojos y una gran cantidad de lágrimas salían de estos. Respiraba con dificultad y se veía más vulnerable y frágil que nunca.

- Soojin, ¿qué...? - empezó a preguntar Shuhua, preocupada por el estado en el que se encontraba su compañera. Sin embargo, el cuerpo de esta, lanzándose a abrazarla con fuerza, detuvo su pregunta.

Shuhua respondió rápidamente al abrazo, aparentando a la morena con fuerza contra sí misma. El corazón le iba a mil por hora, pero le daba bastante igual el por qué en ese momento. De lo que sí estaba segura era de que, en ese instante, lo único que importaba era estar ahí para Soojin. Fuera lo que hubiese pasado, debía apoyarla porque la morena no merecía estar de aquella manera. Shuhua se dedicó a acariciar la cabeza de Soojin, intentando que se tranquilizara, mientras la seguía apretando con fuerza. No siempre sentía ese instinto protector con muchas personas, pero, con ella, le salía solo.

Unos minutos después, aunque aún con lágrimas en el rostro, Soojin se apartó de ella para mirarla a la cara, respirando cada vez con un ritmo más normal. Shuhua aprovechó para limpiarle el rostro, intentando sonreírle para asegurarle que estaba ahí para lo que necesitara. A pesar de verse de aquella manera, a Shuhua le seguía pareciendo una de las mujeres más hermosas que había visto nunca.

- Soojin, ¿qué ha pasado? – dijo, por fin, lo que quería haberle preguntado cuando había llegado.

- Shuhua, ¿puedes solo abrazarme? – preguntó, con pausas entre cada palabra. – No estoy para...

- Tranquila. Claro que puedo. – la detuvo la morena, entendiendo que no era el momento adecuado para aquello.

Shuhua tomó la mano de su compañera y la condujo a su cama. Se tumbó sobre esta y atrajo a la morena para que la siguiera. Soojin dudó un instante, antes de colocarse sobre la morena, abrazada a su cuerpo y con el rostro sobre su pecho. Shuhua siguió haciéndole caricias en el cabello con una mano y en la espalda con otra. Y lo siguió haciendo todo el rato, hasta que notó que la otra chica respiraba de una manera tranquila y pausada. Comprobó que se había quedado dormida, por lo que decidió que ella debía hacer lo mismo, apagando la alarma del teléfono y, con el cansancio de todo el día de ensayos, no le costó mucho caer rendida a los brazos de Morfeo.

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