Capítulo 18

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A pesar de lo que se habría propuesto el martes, esto se vino un poco abajo los días siguientes. Encontrarse en el mismo grupo de Soojin fue una bendición y una maldición para Shuhua que no se habría esperado nunca. Después de su casi beso con la morena en su habitación después del primer día de ensayos, Shuhua se pasó los dos días siguientes intentando crear situaciones en las que quedarse a solas con su compañera de cuarto. Se había quedado con demasiadas ganas de besarla aquel día que no podía evitar buscar el momento para que algo parecido pudiera volver a suceder y que, de una vez por todas, pudiera besar a Soojin.

El problema vino cuando aquello era en lo único en que dedicaba su tiempo y sus pensamientos. Se había olvidado de toda la emoción del inicio de la semana por mantener las buenas críticas que había recibido por parte del jurado y el querer seguir destacando en las actuaciones grupales. Al fin y al cabo, había dejado de lado el seguir haciendo bien las cosas en el programa solo por la posibilidad de tener algo con Soojin. Había perdido de vista su objetivo principal y la razón real por la que estaba allí. Incluso algunas de las profesoras le habían dicho que no estaba concentrada en sus clases y Rosé había llegado a enfadarse con ella por no atender a sus ejercicios, que la hizo tener que quedarse después de clase practicando sola por orden de la rubia.

Pero, para rizar aún más el rizo, no hacía aquello porque la morena le hubiera dado vía libre para que pudieran intentar algo, porque en ningún momento habían hablado de nada que tuviera que ver con sus sentimientos. Si Shuhua se pusiera a analizar todas las situaciones que había vivido con Soojin, se habría dado cuenta de que lo que quería intentar no era del todo sencillo ni tan fácil como lo veía ella en su cabeza. Pues, solo por lo que habían hablado ellas, se veía un flirteo intenso y un lanzamiento constante de fichas entre ambas.

Pero estas tampoco ocurrían en todo momento ni de la misma manera. Porque, si Shuhua se hubiera detenido por instante a ver lo que estaba pasando, se habría dado cuenta de que Soojin no era la misma persona con ella en cada una de las interacciones que tenían. Shuhua se quedaba confusa de que, en ciertos momentos, Soojin pareciera devolverle activamente cada uno de sus coqueteos, incluso buscándolos con intensidad. Pero había momentos que el otro lado de Soojin salía a la luz y se comportaba tal cual el sobrenombre que había empleado con ella Miyeon en alguna ocasión: reina del hielo. La cara de póker que tenía hacia Shuhua la dejaba desconcertada, pues no sabía leerla tan bien como se pensaba y aquello la dejaba tocada. Y, más importante todavía, poco centrada en lo que debería estar haciendo, que era en la gala que se acercaba más rápidamente de lo que ella creía. No obstante, su desconcierto desaparecía rápidamente si Soojin volvía a ser la chica coqueta que ella conocía y entraba de nuevo en un bucle del que no parecía conseguir salir.

Miyeon había sido testigo del cambio de actitud de su mejor amiga del martes al miércoles de esa semana. Ella había presenciado el casi beso de Soojin y Shuhua, y esa había sido la razón por la que había salido corriendo de la habitación para dejarlas de nuevo solas, pero no podía imaginarse que su mejor amiga, a quien había visto tan motivada al inicio de aquella semana, se hubiera olvidado tan rápidamente de los objetivos que tenía por una chica. Así que, durante el miércoles y jueves, se había dedicado a observar detenidamente a la morena, intentando averiguar qué le estaba pasando. Pero, al no encontrar el detonante o punto de inflexión a su repentino cambio de personalidad, se cansó de dejar que las cosas se solucionaran por sí mismas y decidió actuar.

Así que, cuando acabaron las clases de aquel día, habiendo sufrido Shuhua una nueva bronca, en aquella ocasión por parte de Seulgi por parecer que no sabía dónde ponía los pies, si en el suelo o en la pared y tener que quedarse después de clase a revisar la coreografía hasta que le saliera perfecta, Miyeon vio la oportunidad perfecta para confrontar a su mejor amiga y darle un golpe en la cara para traerla de nuevo a la realidad de este planeta, si es que era absolutamente necesario.

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