Capítulo 22

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Después del gran trabajo de toda la semana, el lunes había encontrado aún hablando de todo y de nada a las chicas del edificio 1 y a Yuna, que ya era parte del grupo. Shuhua había pasado una gran noche con sus compañeras, pero Lia, que casi parecía la madre de todas, las había mandado a dormir al darse cuenta de que eran las doce de la noche y ninguna se había percatado de ello. La castaña se empeñó en que se fueran todas a la cama y las amenazó con maldecirlas si no acudían con ella a yoga al día siguiente, a donde todas acabaron huyendo pues no querían tentar a la suerte. Ryujin se la tuvo que llevar a rastras a su habitación para que no siguiera diciendo aquellas cosas, que solo provocaban las risas de sus compañeras, que, de a poco, se habían convertido en grandes amigas.

Y unas 20 horas después, las chicas 11 se encontraban en la nueva gala del programa. La noche anterior, Shuhua había comentado que, durante la semana, la vida en la academia la hacía feliz, porque estaba haciendo lo que le gustaba, que era vivir rodeada de música. Sin embargo, cuando llegaban los lunes, algo cambiaba radicalmente en ella. Por mucho que estuvieran en un programa de talentos de música, también era un programa de televisión, y eso se notaba en los videos que ponían, que no siempre era de ellas ensayando para mejorar, sino que a veces sacaban momentos de dudas o de bajones y no le hacía mucha gracia tener que verlos. Ni de ella, aunque solía ir al escenario y no los veía enteros, como de sus compañeras. Estaba claro que el programa era una cosa y la vida en la academia otra. Y eso le generaba un nerviosismo sobre qué pasaría después del programa, sobre cómo las vería la gente de la calle y sobre el impacto que tendría para ellas, independientemente de entrar o no al grupo. Al compartir aquello con las chicas y ver que no era la única que pensaba aquellas cosas, la animó bastante, ya que sabía que las tendría a ellas para pasar lo que tuvieran que pasar. Que estarían juntas, fuera como fuese.

La gala de esa noche fue la mejor del concurso hasta la fecha, también porque era muy diferente de lo que habían hecho hasta el momento. Tener que defender la actuación únicamente con la voz hacía de las interpretaciones mucho más sencillas, en apariencia, pero muy ponentes hacia el espectador. Durante toda la noche, grupo tras grupo, las miembros del jurado valoraron a todas las concursantes muy positivamente, sorprendiéndose del grandísimo nivel que había entre ellas. No obstante, el jurado recordaba, una y otra vez, que aquello era un concurso y que tenían que nominar. El mal trago aquella noche recayó en la mujer que ocupaba la esquina izquierda de mesa.

- Ha llegado el momento de la verdad. - empezó a decir Jessi, más seria que en otros puntos de la gala y sin salirse del guion. - Moonbyul, cuando quieras. - la morena respiró hondo antes de hablar.

- Bueno, no me voy a extender mucho porque sé que las chicas estarán pasando un mal trago en este momento.

Y, en efecto, todas las concursantes se encontraban muy tensas en los camerinos del plató donde, como cada programa, los cámaras las grababan para no perder lujo de detalle de sus reacciones. Shuhua se encontraba agarrada a la mano de Miyeon, como cada semana, rezando lo que sabía y lo que no para no estar nominada.

- El nivel de esta noche ha sido altísimo y queremos felicitar a las participantes por ello. Pero debemos nominar a 10 y, esta noche, quienes se enfrentan a la eliminación son... - Moonbyul hizo una pausa antes de dar los nombres para crear tensión. - Kim Denise, Hye Olivia, Choi Arin, Jang Yeeun, Bae Sumin, Hyun Seunghee, Kim Hyunjin, Park Gowon, Park Sieun y Yeh Shuhua.

Las imágenes de las diez concursantes aparecieron en las pantallas del plató, junto a como votar para que se salvaran. Jessi empezó a explicar que se abrían las líneas, pero Shuhua no escuchaba nada. Se había quedado completamente desubicada en ese momento. Un par de veces antes se había visto cayendo nominada en el programa, pero se había salvado y aquel sentimiento que tenía era nuevo. Era una mezcla de dolor, resentimiento, enfado y resignación, pero, sobre todo, mucho miedo. Miedo de ser expulsada del programa sin haber cumplido su objetivo de llegar al final. Sabiendo que había dado mucho de sí, pero que no lo había mostrado todo todavía. Ese pavor ganaba a todo lo demás.

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