Capítulo 31

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A pesar de las palabras de Soojin de la noche anterior, la morena no se acercó a hablar con Shuhua en todo el día para aclarar la discusión que habían tenido. Aquello frustraba a Shuhua, pero se había prometido a sí misma no descentrarse de las clases, por lo que no lo hizo. Se enfocó su problema principal, que era recuperar la voz, a ser posible, antes de que acabara el día. Se pasó toda la mañana en observación con el foniatra, quien fue viendo que lo que tenía Shuhua no era tan grave. Para la hora de la comida, Shuhua podía hablar más o menos, pero el médico le había recomendado que se mantuviera en silencio todo lo posible y que se esforzara, si tenía que hacerlo, únicamente en las clases de canto. Y así lo hizo, y Wendy observó como, al final del día, Shuhua ya podía cantar más o menos. Le pidió que bajara el aire acondicionado de su habitación y que no hablara si no era estrictamente necesario para preservar sus cuerdas vocales hasta la gala del lunes.

No obstante, era imposible que Shuhua se mantuviera callada, sobre todo durante las noches que compartía con sus amigas del edificio 1. Desde pequeña, Shuhua no había sido una chica que tuviera muchos amigos o amigas. Miyeon siempre había sido su mejor amiga y, desde pequeña, había aprendido, con algún golpe en la cara por el camino, que tener buenas amigas era mucho más importante que tener muchas amigas. Incluso cuando parecía que su círculo de amigas se iba a abrir, siempre algo acababa pasando que le hacía darse cuenta que no necesitaba a nadie más que a Miyeon. Ni siquiera en la universidad eso había cambiado, a pesar de que había conocido a gente maravillosa. Pero, al final del día, ellas eran compañeras y no amigas.

Desde que había entrado al programa, sin embargo, todas sus compañeras del edificio 1, donde ya incluía a Yuna que era una más del edificio y, demasiadas noches, dormía en la habitación de Yeji y Chaeryeong antes que en la suya; le habían demostrado todas y cada na de aquellas chicas que valía la pena abrirse a más amistades, cuando las personas te demostraban quiénes eran realmente. Estaba feliz de haber encontrado a aquellas 9 compañeras, que ya podía llamar amigas, y que la habían apoyado desde el primer momento, casi sin conocerla. Todas le habían mostrado su cariño, incluso en los momentos más difíciles del concurso, y estaba segura de que, pasara lo que pasase al final de este, haría todo lo posible para mantener la relación con ellas. Independientemente de lo que les deparara el futuro a cada una de ellas. Porque Shuhua sabía que todas compartían un vínculo muy especial que las hacía únicas. Lo que habían vivido en aquel complejo y en aquel programa era una experiencia única y no comparable a nada que hubieran pasado otras personas y creía que, la amistad y el vínculo que las unía era para siempre.

Así que, aquella noche, una vez más, estaban sentadas juntas en la mesa después de cenar, hablando de cualquier cosa. Cada tontería llevaba a otro tema distinto, hasta que uno se volvió más intenso que el resto. 

- Doy gracias a quien hizo este complejo que construyera las paredes a prueba de ruidos. Porque, si no fuera así, estoy segura que os estaría escuchando todas las noches hacer cosas indecentes. - afirmó Yeji, dirigiéndose a Ryujin y Lia. La rubia cerró los ojos, mientras que la castaña escondía su cabeza en el hueco del cuello de su novia, aunque Shuhua había visto perfectamente que estaba roja como un tomate.

- Yo creo que son mucho más calmadas que estas dos. - añadió Yuqi, señalando a Minnie y Miyeon, quienes se encontraban al otro lado suyo de la mesa. - Yo no sé si es porque duermen con la ventana abierta, pero Soyeon y yo sí llegamos a escuchar algo por las noches. 

- Por favor, sois unas exageradas. - Minnie habló, sin darle demasiada importancia. - Pero, es cierto que hay alguien, a quien no voy a nombrar, que no se contiene cuando....

Minnie no pudo seguir hablando, cuando Miyeon colocó una mano sobre su boca.

- Minnie. Creo que no es necesario dar tantos detalles sobre nuestros momentos íntimos.

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