Fue así, como comencé a vivir los más bellos días de mi corta y juvenil vida. Al principio todo fue raro, debo admitirlo, pero fue la más linda transición que había experimentado hasta aquel entonces. Los lujos del palacio no eran comparables con lo que experimentaba en su cálida compañía. Antes de conocerla hubiera jurado que sí había sido feliz pero, justo después de que cruzáramos palabra, comprendí que la felicidad no tenía nada que ver con el dinero, la belleza o las risas del público, sino donde podía ser uno mismo y sentirse querido por lo mismo. Junto a la chica del vestido olivos fui realmente feliz.
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EL IMPRUDENTE BUFÓN Y LA EXTRAVAGANTE PRINCESA
RomanceDÉJENME NARRARLES NUESTRA HISTORIA, AQUELLA QUE SIN EXISTIR BRUJAS NI HECHICEROS DEMOSTRÓ QUE LA MAGIA EXISTE Y QUE, JUNTO AL AMOR, ES DE LO MÁS BELLO EN ESTE MUNDO.