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Por un momento,  al enterarme que mi hermano fue  exiliado del palacio hacia un lugar desconocido, pensé que nunca lo volvería a ver, creí  que vagaría de pueblo en pueblo como hicimos de niños siendo simples mendigos. Espero que pueda encontrarse con mamá en el más allá.   Espero y pueda hacerlo

Cuando logré escapar del castillo  tras ver  como el rey Vladislao asesinaba a mis amigos y compañeros del palacio sin miedo alguno pensé que no volvería a encontrarme con una tragedia tan catastrófica como fue aquella tarde, pero desafortunadamente no fue así. No me quiero imaginar el dolor de  Amílcar cuando perdió al amor de su vida y su vida misma por hablar de más. Pensé que con el paso de los años había aprendido la lección, pero tristemente no fue así…

Intentaré hacerle llegar esta carta a la princesa aunque haya quedado algo incompleta.   Todo apuntaba a que  el tiempo no le fue suficiente para terminar de escribir y, además, la tinta se había acabado, sus últimas letras las narraba con total desesperación y  tuvo que recurrir a  la sangre que salía de sus heridas en su decrépito cuerpo para continuar narrando aquella historia. 

Me hubiera gustado  darle un abrazo antes de que los guardias se lo llevaran a la guillotina. Aunque lo único que pude hacer es tirar de la palanca para que aquella fría cuchilla cayera sobre su delgado cuello.

Una lástima, pero no podía negarme a hacerlo, el rey me hubiera matado a mi también. Nos vemos en el más allá, hermano. 

EL IMPRUDENTE BUFÓN Y LA EXTRAVAGANTE PRINCESA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora