Pasaron casi dos meses más pero afortunadamente logramos coordinar todo lo necesario. Conseguimos un pequeño salón a las afueras de la ciudad, hablamos con un chef y nos prepararía el banquete para la ocasión, un sastre nos confeccionaría la ropa para aquel día, contratamos un par de carruajes para el transcurso e incluso pudimos viajar a al reino y visitar al rey Zaratustra para pedirle su aprobación. Al principio no me dejó entrar al palacio aunque luego de un rato accedió, cuando le conté que iba a casarme se rió un poco de todo pero finalmente me dio la bendición y me permitió que la boda se realizara en una de las catedrales del reino. Todo estaba planeado, solo era cuestión de esperar un poco. Mi dulce amada estaba tan emocionada como yo, sus ojos brillaban con alegría cada vez que hablábamos de nuestra nueva vida de esposos… Estábamos a tan solo dos semanas para la boda. Todo estaba listo, nada podía salir mal.
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EL IMPRUDENTE BUFÓN Y LA EXTRAVAGANTE PRINCESA
RomanceDÉJENME NARRARLES NUESTRA HISTORIA, AQUELLA QUE SIN EXISTIR BRUJAS NI HECHICEROS DEMOSTRÓ QUE LA MAGIA EXISTE Y QUE, JUNTO AL AMOR, ES DE LO MÁS BELLO EN ESTE MUNDO.