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Cierto día, cuando el sol estaba en todo lo alto, logró divisar una pequeña villa a lo lejos. Terminó topándose con un pequeño lugar donde solo había 20 casas y una pequeña capilla. Toda esta pequeña localidad estaba bajo el poder de sus padres, pero lo suficientemente lejos como para poder descansar unos días antes de retornar su travesía. Aquel lugar no tenía mucho  que ofrecer, únicamente se encontraba lo necesario para vivir para cada uno de los habitantes. Existían dos  pozos alrededor de la localidad, uno en la parte este y otro en la parte sur. En cuanto a la comida, cada quien se hacía responsable de la suya, pero los vecinos siempre estaban dispuestos a ayudar a quien lo necesitaba, fue así cómo pudo sobrevivir esos días   antes de continuar su travesía hacia el oeste. 

Antes de salir de allí le pidió a una mujer que le ayudará cortando el cabello, esto con el fin de intentar pasar desapercibida, también optó por cambiar  uno de sus lujosos vestidos por varias de las prendas de mujer del pueblo y por algo más de comida y agua para el viaje. Durante las cuatro  próximas paradas que tuvo que hacer antes de llegar al lugar donde la conocí, terminó cambiando el resto de sus vestidos hasta solo tener consigo su característico ropaje verde olivo que es  original de la realeza. 

Mientras llegaba  a cada uno de los pueblos que se topaba por el camino, corría el rumor de que andaban tras ella. Al principio no ofrecían ninguna recompensa, simplemente se mencionaba que la andaban buscando. Los reyes tenían la certeza de que su princesa aparecería en poco tiempo y todo volvería a la normalidad... Bueno, la realeza se equivocó. 

EL IMPRUDENTE BUFÓN Y LA EXTRAVAGANTE PRINCESA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora