Continuó por un rato más narrándome acerca de su travesía desde su reino natal hacia el pequeño pueblo donde nos conocimos. Me contó un poco de las veces que tuvo que esconderse en su habitación por días porque más de una vez casi la atrapan y de las veces que tuvo que recorrer a caballo por su cuenta para llegar a un nuevo lugar. Fueron varios meses de travesía sobrellevando el naranjo otoño y el blanco invierno pero finalmente en su última parada conoció a un grupo de comerciantes los cuales les brindaron cierta seguridad para llegar al nuevo destino. En aquel último viaje no escaseaba el hambre, entre todos se apoyaban y a pesar de viajar por casi un mes por las llanuras, el tiempo pasó algo rápido. Luego de todo ese recorrido llegó al pueblo, se dio cuenta que la gente estaba reunida viendo un pequeño espectáculo y el resto ya es historia.
Cuando llegó al pueblo pensó que ya estaba lo suficientemente lejos como para no ser encontrada por sus padres y de esta manera dar por terminada su travesía para empezar de cero su nueva vida. Con los últimos ahorros que conservaba logró comprar una pequeña casa con un gran huerto algo alejada de las casas aledañas. Tenía el techo de paja pero era realmente alta aquella estructura, tenía una pequeña ventana donde se veía desde afuera un escritorio con varios pergaminos. Desde lejos se notaba que era un lugar acogedor y en la parte de atrás se asomaba una chimenea necesaria para el invierno.
Nos llevamos otro rato más conversando en aquella colina, para aquel entonces el sol ya se había ocultado y mi querida amada estaba definitivamente atrapada por el efecto del vino. Ya no razonaba en ningún sentido, pero no dejaba de sonreír ni decirme cuánto me amaba mientras la llevaba cargando hacia nuestra casa. Aunque la colina en la que estábamos se encontraba un poco alejada a nuestra casa, aquel día en particular sentí el trayecto más largo de lo habitual. No por eso significaba que era algo malo, más bien, parecía que tomamos la ruta equivocada pero pasamos mucho tiempo juntos y eso realmente era muy lindo. Sin duda es un día que recordaré y me llevaré a la tumba.
Cuando finalmente llegamos a casa, mi querida amada cayó rendida en la cama y me quedé un rato con ella hasta que finalmente durmió. La sorpresa que me había dado en la colina, simplemente no la podía creer. Quien diría que mi futura esposa era la hija del rey Vladislao, el monarca más despiadado de la región. Quien diría que mientras uno es exiliado ella busca el exilio. Quien diría, quien diría.
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EL IMPRUDENTE BUFÓN Y LA EXTRAVAGANTE PRINCESA
RomanceDÉJENME NARRARLES NUESTRA HISTORIA, AQUELLA QUE SIN EXISTIR BRUJAS NI HECHICEROS DEMOSTRÓ QUE LA MAGIA EXISTE Y QUE, JUNTO AL AMOR, ES DE LO MÁS BELLO EN ESTE MUNDO.