Capítulo 12

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Jisung miró orgulloso su obra.

La sala se veía como lo que era, y mejor.

Un bonito y amplio espacio de soltero, con decorado a la moda y ese toque hogareño que él mismo se había asegurado de que tuviera.

Tomo su teléfono y fotografió su reciente logro para enviárselo a sus padres y a Chenle, queriendo compartir su más grande hazaña.

- ¡Bebé! – llamó el chino escaleras arriba.

- ¿Sí? –

- ¡¿Puedes pasarme la caja con la etiqueta púrpura?! –

- Claro – respondió tomando el objeto entre sus manos.

La habitación apenas era visible desde la primera planta, por lo que intentó encontrar al mayor conforme subía.

- ¿Kun? –

- En el estudio – respondió desde una pequeña habitación.

Casi deja caer lo que llevaba consigo cuando entró.

Kun estaba en el balcón, manteniendo ambas puertas abiertas de par en par, permitiendo así que corriera el viento otoñal.

Fumaba un cigarrillo mientras observaba hacia la calle en silencio, con la mirada perdida.

- ¿No tienes frío? – preguntó Jisung por lo bajo, señalando discretamente el hecho de que no estaba vistiendo una camisa.

- De hecho tengo mucho calor – fumó una última calada y pisó la colilla antes de mirarle - ¿es la última caja? –

- S-sí – respondió colocándola sobre una silla.

- Bien – sonrió, entrando y cerrando las puertas.

Examinó el contenido mientras Jisung lo examinaba a él.

El calor tenía sentido si mencionabas que estaba sudando bastante.

Si ponías suficiente atención, podrías notar las gotas deslizándose lentamente a lo largo de su trabajado torso, cuello y brazos.

- Lo siento – murmuró divertido – olvidé encender la ventilación y, cuando me di cuenta, ya estaba hecho un desastre – hizo un puchero – me ducharé enseguida, no te preocupes, sólo quiero terminar... -

No pudo decir nada cuando el otro ya estaba atacando sus labios con intensidad.

Sin necesidad de considerarlo, Kun rodeó su cintura con sus brazos y lo elevó ligeramente sobre el suelo para acomodarlo encima del escritorio.

Jisung envolvió sus piernas alrededor de su cadera y comenzó a trabajar en la cinturilla de su pantalón.

- Espera – pidió el mayor, apoyando ambas manos en la superficie – no tenemos que hacer esto –

En respuesta, el chico lo miró a los ojos mientras se deshacía de su propia camisa y se dejaba caer gentilmente sobre la madera.

El mayor soltó un gruñido antes de acercarse a masticar la piel de su cuello y pecho, haciéndole gemir inmediatamente.

- Bebé – murmuró sobre su tibia piel – estoy asqueroso –

- Me encanta – dijo Jisung, atrayéndolo hacia sí para pegar sus torsos.

Bueno, nuevo fetiche descubierto.

Kun acarició firmemente los muslos del menor con una mano y su entrepierna con la otra.

El más joven comenzó a retorcerse bajo el tacto y echó la cabeza hacia atrás, tratando de regular su respiración.

- ¿Lo habías hecho antes? – preguntó el mayor sobre sus labios.

- No – lo miró - ¿vas a cuidar de mí? –

- Claro – rió – chupa – indicó, introduciendo dos de sus dedos en su boca.

El menor lo miró a los ojos mientras lo hacía y sonrió coqueto cuando comenzó a jugar entre ellos con su lengua.

- Amor ¿puedes hacerlo con mi amigo? – gruñó, llevando la mano ajena hacia su miembro endurecido.

Sin responder, el chico se puso sobre sus rodillas para terminar de deshacerse de su pantalón e introducir completamente la erección en su boca.

Sintiendo sus piernas debilitarse, el chino se apoyó nuevamente en el escritorio mientras observaba su pene desaparecer una y otra vez en la cavidad del muchacho.

Sin resistir un momento más, lo levantó nuevamente y se despojó del resto de su ropa mientras lo besaba con brusquedad.

Kun lo separó con fuerza para ver sus ojos mientras le introducía ambos dedos de una sola vez.

El otro siseó y apretó los ojos, llevando ambas manos hacia la nuca del chino y tomarlo por el cabello a la vez que pegaba sus frentes juntas.

- Respira – indicó con voz severa.

- Kun... -

- ¿Quieres que me mueva? –

Le tomó un par de segundos asentir para ceder.

En menos de un par de minutos, el menor se estaba empujando contra los dedos, cosa que el otro tomó como señal de que estaba listo.

Sin prisa, se acomodó en su entrada y lo abrazó por la cintura para besarlo con cariño mientras se introducía lentamente, sintiendo los dientes del chico clavarse en sus labios.

Lo sabía.

Sería doloroso, lento, apretado.

Tan bueno.

Valdría tanto la pena.

Ok, dos de dos.

Sólo para aclararlo, sí, Kun tiene un departamento bonito por que es de familia acomodada. Normalmente un estudiante no vive en un lugar así antes de acabar la carrera. A menos que sea foráneo o que tenga mucho dinero.

¿Dudas?

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